Obiang cierra el congreso sin revelar el candidato a las presidenciales de 2023

RPRESS Bata (Guinea Ecuatorial), 24 noviembre (EFE).- El presidente Teodoro Obiang clausuró hoy el VII Congreso Nacional Ordinario del gobernante Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE) sin revelar el candidato a los comicios presidenciales de 2023 ni anunciar reformas que permitan una apertura democrática del régimen.

«Como líder fundador del partido, pondré todo mi empeño siempre en estar al servicio de Guinea Ecuatorial», dijo con vehemencia Obiang en su discurso de cierre, destacando su compromiso con el país pero sin confirmar si concurrirá en las próximas elecciones presidenciales, que sucederán a las legislativas de 2022.

«En la política, el futuro es incierto», se limitó a apuntar el veterano gobernante, sin dar pistas sobre sus aspiraciones a un nuevo mandato.

Tampoco se materializaron las especulaciones sobre el posible nombramiento del vicepresidente e hijo del jefe del Estado Teodoro Nguema Obiang Mangue -conocido como «Teodorín»- para ser su sucesor y candidato a los comicios.

Alrededor de 13.000 personas -según fuentes del PDGE- asistieron a este cónclave entre el 22 y el 24 de noviembre en el Palacio de Congresos y Conferencias Internacionales de Ngoló en Bata, capital de la región continental ecuatoguineana, abarrotado durante los tres días de militantes venidos de los 19 distritos del país.

En una estampa monocroma del personalismo que caracteriza al régimen, la mayoría de los asistentes vestían camisas -e incluso faldas y vestidos- con la misma tela ilustrada con el rostro del presidente Obiang.

De hecho, lo habitual estos días era cruzarse en Bata con el rostro del mandatario o los colores de la bandera ecuatoguineana: ya fuera en banderolas decorando los bares cercanos al palacio de Ngoló, en tocados que lucían las mujeres o en el retrato de rigor del presidente que debe exhibir cualquier establecimiento.

A sus 79 años, el jefe de Estado es el presidente que más tiempo lleva en el poder en el mundo, pues gobierna el país con mano de hierro desde 1979, cuando derrocó a su tío Francisco Macías mediante un golpe de Estado.

SIN REFORMAS POLÍTICAS

«Nuestra lucha política será impulsar la democracia pluralista en nuestro país y el ejercicio de todos los derechos por parte del pueblo», afirmó Obiang, sin aceptar los cambios que exige la oposición llamada «radical» (partidos que no entran en coalición con el PDGE, a diferencia de la oposición «democrática»).

«No aceptamos lecciones ni imposiciones ajenas», aseveró, al criticar a «los falsos políticos en el interior que tienen simpatía a las políticas» de países occidentales como España (exmetrópoli) o Francia.

«No tenemos las mismas circunstancias. No somos franceses ni españoles. Somos guineanos», proclamó, lo que le valió una ovación cerrada del auditorio.

Desde la oposición, Gabriel Nsé Obiang, líder de Ciudadanos por la Innovación (CI), lamentó en conversación con Efe desde Malabo, la capital del país, que «nada ha cambiado, tal y como anticipamos».

«Ninguna resolución ha mencionado nada sobre la apertura política democrática que necesita actualmente el país», aseguró Nsé Obiang, cuya formación fue ilegalizada en 2018 y después permitida de nuevo, pero sigue encontrando muchos problemas de facto para operar.

Por su parte, el secretario general de Convergencia para la Democracia Social de Guinea Ecuatorial (CPDS), Andrés Esono, dijo a Efe también desde la capital que «las resoluciones están vacías de contenido».

Esono, que ha sido detenido en numerosas ocasiones, subrayó que «no hay propuestas económicas o sociales concretas para mejorar la vida de los guineanos».

NO A LA CRISIS, SÍ A LA DIVERSIFICACIÓN

Obiang también abordó la economía nacional. «En el país no hay crisis económica, es una crisis financiera», zanjó, al responsabilizar a los ecuatoguineanos que no invierten en su propia nación y «tienen mansiones en el extranjero», algo por lo que, precisamente, la justicia francesa condenó a su hijo «Teodorín».

A finales del pasado julio, el Tribunal Supremo francés ratificó una condena contra el vicepresidente por el blanqueo de una fortuna de 150 millones de euros en el país europeo, incluyendo la confiscación de un enorme palacete en París.

El mandatario insistió hoy en la necesidad de diversificar la economía, afectada por la bajada del precio del crudo durante los últimos años, siendo Guinea Ecuatorial uno de los diez principales productores petroleros de África.

«Será interesante observar de qué modo Obiang saldrá aún más reforzado por el congreso», declaró a Efe Ana Lúcia Sá, profesora de estudios africanos en el Instituto Universitario de Lisboa.

Desde su independencia de España, en 1968, Guinea Ecuatorial está considerada por las organizaciones defensoras de los derechos humanos uno de los países más corruptos y represivos del mundo, debido a las acusaciones de detenciones y torturas de disidentes y a las denuncias de repetidos fraudes electorales.

Lucía Blanco Gracia

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