Nasser Bourita: La Cumbre Árabe, una responsabilidad y no un privilegio

El ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, afirmó que "la Cumbre Árabe es una responsabilidad y no un privilegio y debe, por tanto, aportar un valor añadido y no estar al servicio de ninguna agenda".

RPRESS El Cairo, 10 marzo 2022. MAP.- Al intervenir, este miércoles en El Cairo en la 157ª sesión del Consejo de la Liga de Estados Árabes a nivel de los ministros de Asuntos Exteriores, Bourita llamó a una buena preparación de la Cumbre Árabe no sólo en cuanto a los temas, sino también y sobre todo según un pliego de condiciones bien definido.

Mediante la adopción en 2000 del anexo sobre la fecha, la periodicidad y la regularidad de las Cumbres Árabes en marzo de cada año, los dirigentes árabes han mostrado una voluntad y una firmeza en la organización de sus agendas, así como una voluntad inquebrantable para dar contenido a sus reuniones y debatir cuestiones urgentes para sus países de acuerdo con las aspiraciones de los pueblos árabes, declaró.

El ministro añadió, a este respecto, que este espíritu se ha respetado desde esa fecha, lejos de cualquier adaptación a toda consideración particular, señalando que «nuestro apego a este logro, que ha reforzado la Carta de la Liga de los Estados Árabes y se ha convertido en uno de los pilares de nuestra acción común, sólo es comparable a nuestro apego a la voluntad colectiva y el consenso que caracteriza las decisiones de la Liga Árabe».

Por otra parte, Bourita dijo que esta reunión se celebra a la luz de evoluciones regionales e internacionales muy delicadas y sensibles y de los verdaderos desafíos que plantean a nuestra salud, seguridad alimentaria y energética.

«La región árabe debe, más que nunca, seguir el ritmo de las renovadas exigencias de las sociedades árabes y de los retos cada vez más acelerados a los que se enfrentan nuestras cuestiones árabes fundamentales, con la cuestión palestina a la cabeza de nuestras preocupaciones y prioridades, lejos de cualquier juego político», dijo.

En la misma línea, el ministro afirmó que la causa palestina «representa, desde la independencia, una de las constantes de la política exterior del Reino de Marruecos», señalando que «Su Majestad el Rey Mohammed VI, que Dios le asista, sigue apegado a esta causa y a su defensa».

Bourita añadió que el apoyo a esta causa requiere abogar por diferentes métodos y enfoques para hacerla más eficaz y compatible con los desarrollos de nuestra época, asegurando que Marruecos, desde este punto de vista, no escatimará esfuerzos para apoyar esta justa causa, hasta que el pueblo palestino realice sus aspiraciones de establecer su Estado independiente en las fronteras del 4 de junio de 1967, con Al-Quds Oriental como capital, de acuerdo con la solución de dos Estados y las referencias internacionales en vigor.

Sobre el tema de Al-Quds Acharif, que Su Majestad el Rey tiene el honor de presidir su Comité Permanente en el marco de la Organización de Cooperación Islámica, el ministro señaló que todo el mundo es consciente de la importancia y el simbolismo de la Ciudad Santa y de la urgencia de preservar su estatus jurídico e histórico y su carácter religioso, cultural y civilizacional como espacio de convivencia de las tres religiones monoteístas y símbolo de paz.

En otro aspecto, lamentó que la contribución árabe a la resolución de los conflictos en la región árabe haya seguido siendo limitada y en algunos casos dispersa, subrayando que esta situación «no es un destino inevitable que nos obligue a darse por vencidos, sino un factor que debería motivarnos a una mayor coordinación y esfuerzo a fin de poder controlar nuestro destino».

Así, el ministro recordó que una serie de iniciativas tomadas por los países árabes en este sentido fueron muy útiles, citando el papel desempeñado por Marruecos, bajo la dirección de Su Majestad el Rey Mohammed VI, hacia los hermanos libios proporcionándoles las mejores condiciones para motivarles a encontrar soluciones adecuadas para construir y desarrollar su Estado moderno.

También repasó los efectos de la pandemia del coronavirus, que, según él, «nos ha obligado a revisar completamente los modelos de nuestra organización política, económica y social», y añadió que esta situación se ha complicado aún más ante el deterioro de la situación internacional, con crecientes desafíos políticos, económicos, sociales, de seguridad y medioambientales.

La seguridad alimentaria y energética, al estar en el centro de la seguridad nacional árabe, requiere una reflexión colectiva que tenga en cuenta todos estos factores que amenazan el futuro y la estabilidad de la región, dijo.

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