Los guardaparques entran en combate en la batalla de África Occidental contra los militantes

RPRESS   DAKAR, 26 abr 2022 (Reuters) – Cuando una docena de presuntos militantes islamistas de un país vecino fueron vistos conduciendo motocicletas por el Parque Nacional W en el norte de Benin armados con rifles de asalto AK-47, los guardaparques entraron en acción.

Desde una sala de operaciones en su base, el director del parque y dos guardabosques de alto rango enviaron unidades contra la caza furtiva para perseguir a los hombres que finalmente huyeron a Nigeria, según un informe confidencial del incidente revisado por Reuters.

También indicaron al ejército y la policía de Benin dónde posicionar sus fuerzas y desplegaron un avión y un helicóptero pertenecientes al parque como parte de una operación más amplia para vigilar y «neutralizar» el objetivo, según el informe sin fecha del parque.

Fue preparado por la fuerza contra la caza furtiva para evaluar la respuesta y hacer recomendaciones para mejorar la colaboración futura entre los guardabosques, el ejército y la policía, incluida la creación de una «unidad de comando/intervención rápida capaz de responder a múltiples amenazas y especialmente aquellas vinculadas al terrorismo».

El relato no informado anteriormente de la persecución de 36 horas en junio de 2020 ofrece una visión poco común de cómo el grupo conservacionista African Parks ha ido más allá de proteger la flora y la fauna y se ha comprometido a perseguir a los insurgentes islamistas en África Occidental.

La difuminación de las líneas entre el conflicto y la conservación ha generado preocupación entre algunos expertos, quienes dicen que podría alentar a los gobiernos a apoyarse en los guardabosques para apoyar a sus ejércitos agotados y socavar la seguridad al convertir a los guardabosques en un objetivo para los yihadistas.

“Esta no es la lucha de los guardabosques”, dijo Sergio López, presidente de Wildlife Angel, una organización francesa sin fines de lucro que entrenó a guardaparques en Burkina Faso y Níger hasta 2019. “La lucha contra el terrorismo son las fuerzas especiales”.

African Parks, una organización sin fines de lucro, tiene su sede en Sudáfrica y administra W y el Parque Nacional Pendjari adyacente en Benin.

Está en conversaciones para ampliar las operaciones a parques en Burkina Faso y Níger y para apoyar la gestión de un parque en Costa de Marfil, dicen funcionarios de estos países.

Los cuatro están en la primera línea de la batalla para contener una amenaza yihadista que ha crecido constantemente desde 2012, cuando los combatientes vinculados a Al Qaeda se apoderaron por primera vez de partes de Malí. Miles han muerto en la insurgencia y millones han sido desplazados.

Cuando se le preguntó sobre el informe, el director de operaciones de African Parks, Charles Wells, dijo a Reuters que las acciones de los guardabosques eran consistentes con el mandato del grupo de «garantizar la integridad del parque y contrarrestar todas las amenazas».

«Esta es una situación extrema, en la que tanto la seguridad nacional como el último sistema de conservación en funcionamiento a gran escala en África Occidental están en grave riesgo».

Agregó que el papel de African Parks a veces iba más allá de su objetivo principal de preservar el hábitat natural y apoyar las necesidades de las comunidades locales.

«En un mundo simplista e ideal, podría haber tal línea. En realidad, esto es realmente borroso».

Ha habido varios ataques en el norte de Benin desde diciembre, incluidos dos el 8 y el 10 de febrero por presuntos militantes vinculados a Al Qaeda que mataron a cuatro guardabosques, su instructor francés, dos conductores de African Parks y un soldado beninés.

El gobierno y el ministerio de defensa de Benin no respondieron a las solicitudes de comentarios sobre el uso de African Parks para contrarrestar la amenaza militante.

Algunos otros grupos conservacionistas han estado involucrados en incidentes con presuntos militantes en la región, pero African Parks es, con mucho, el más grande.

Las potencias regionales han luchado para contener la violencia militante, y la antigua potencia colonial Francia, frustrada por el lento progreso y enfrentando la hostilidad pública a su presencia, dijo que está reduciendo a la mitad su fuerza antiterrorista de 5.000 efectivos en la región.

Financiado por la Unión Europea y fundaciones privadas, African Parks no cobra por sus servicios, aunque los gobiernos de Benín y Ruanda se han comprometido a financiar sus parques.

El grupo equipa y entrena a guardabosques que a veces se enfrentan a militantes, milicianos y cazadores furtivos fuertemente armados.

Un funcionario de la Unión Europea dijo que la UE no estaba al tanto del incidente de 2020.

El funcionario agregó que las fuerzas de Benin deberían liderar la respuesta a las amenazas a la seguridad, pero que African Parks era, al mismo tiempo, responsable de proteger los parques en los que opera «contra cualquier tipo de amenaza».

Mientras African Parks busca expandirse a parques que forman un vasto cinturón de territorio utilizado por militantes para avanzar hacia el sur desde bastiones en Malí, Burkina Faso y Níger hacia naciones costeras, la opinión sobre su papel está dividida.

Algunos expertos regionales esperan que ayude a contrarrestar a los extremistas que están librando una insurgencia que deja vastas extensiones de la región del Sahel en África occidental fuera del control de los gobiernos.

Nassirou Bako Arifari, ministro de Relaciones Exteriores de Benin de 2011 a 2015, reconoció que los guardabosques ayudaron a mantener la línea contra la invasión de militantes de Burkina Faso y Níger.

«Tener esta presencia es como tener un amortiguador entre la fuerza nacional y los grupos terroristas», dijo a Reuters.

Pero algunos críticos dijeron que la respuesta centrada en la seguridad de African Parks a la caza furtiva y la militancia, incluida la cerca de grandes segmentos de los parques, ha alienado a algunos lugareños que dependen de las actividades económicas en esas tierras, haciéndolos potencialmente más susceptibles a la propaganda militante.

Wells reconoció que el acceso local a los parques era «un tema complejo», pero dijo que African Parks había trabajado en estrecha colaboración con las comunidades locales para construir una «economía basada en la conservación».

Agregó que una fuerte aplicación de la ley era esencial para proteger los parques y evitar una situación similar a la de Burkina Faso, donde dijo que la ausencia de actores estatales había permitido que proliferara la militancia islamista.

En 2020, African Parks tenía un presupuesto operativo de $84 millones distribuidos en 19 parques en 11 países, y sus guardabosques están capacitados por ex oficiales militares de Europa y Sudáfrica.

Samaila Sahailou, directora de la autoridad de parques de Níger, dijo a Reuters que se estaban manteniendo conversaciones con African Parks sobre la entrega de la gestión del Parque Nacional W de Níger.

Benoit Doamba, quien encabeza la autoridad de parques de Burkina Faso, dijo que las conversaciones de su país se referían a los Parques Nacionales W y Arly. Estos tres parques, junto con W y Pendjari de Benin, forman el «Complejo WAP» de 10.000 kilómetros cuadrados.

El WAP es el último refugio importante de África Occidental para elefantes y leones, pero gran parte de él ha sido invadido por militantes en los últimos años.

El gobierno de Costa de Marfil dijo el mes pasado que planeaba trabajar con African Parks para administrar y asegurar el Parque Nacional Comoe, donde los militantes han llevado a cabo varios ataques desde 2020.

Al describir el enfrentamiento de 2020 con los militantes en Benin, donde African Parks tiene alrededor de 250 guardabosques, el informe dice: «Nuestro objetivo final es limitar (al grupo) en sus movimientos, localizarlo, contenerlo y organizar una operación ofensiva para neutralizarlo. .»

Se desplegó un helicóptero y un avión ultraligero pertenecientes a African Parks que transportaban soldados del ejército y un alto oficial de los guardabosques «con la esperanza de localizar al enemigo y destruirlo ‘a la vista’ antes de que cruce la frontera». Finalmente, los militantes se dieron a la fuga.

Wells dijo que el helicóptero se usó para transportar a los soldados a posiciones estratégicas, y la frase «destruirlo ‘a la vista'» no apareció en su versión del informe. Reuters no pudo establecer por qué podría haber una discrepancia entre los dos.

Después del incidente, Wells dijo que los guardabosques y el ejército crearon sus propias unidades de reacción rápida, que dijo que operaban con diferentes misiones y bajo diferentes reglas de enfrentamiento.

El Ministerio de Defensa no respondió a una solicitud de comentarios.

Algunos analistas ven la expansión potencial de African Parks, como la reciente llegada de contratistas de seguridad privados rusos a Malí, como evidencia de una nueva estrategia de seguridad en países como Malí, Burkina Faso y Níger para reemplazar el papel jugado por Francia y sus socios.

«Parece que estos países están renunciando a la asistencia antiterrorista multilateral occidental en lugar de algo sobre lo que tendrán más control», dijo Aneliese Bernard, exfuncionaria del Departamento de Estado de EE. UU. en Níger.

El ejército de Francia, que pretende mantener entre 2.500 y 3.000 soldados en la región después de su retiro parcial, dijo que no tenía comentarios sobre African Parks. Agregó que sigue comprometido con la lucha contra los militantes a pesar de la reducción.

Los ministros de defensa de Burkina Faso y Níger y el portavoz del ejército de Malí no respondieron a las solicitudes de comentarios sobre el posible cambio.