Hafter, hombre fuerte de Libia, registra su candidatura a las presidenciales

RPRESS  Trípoli, 16 noviembre 2021 (EFE).- El mariscal Jalifa Hafter, tutor del Parlamento desplazado en la ciudad de Tobruk (este) y hombre fuerte del país, anunció hoy su decisión de concurrir a las elecciones presidenciales previstas para el próximo 24 de diciembre, y cuya celebración aún está en el aire por el conflicto en torno a la ley electoral y las condiciones para el registro de candidaturas.

En un discurso retransmitido por la televisión en el este del país, el controvertido militar, miembro de la cúpula golpista que aupó al dictador Muamar Gadafi y principal opositor en el exilio años después, explicó que su decisión responde «no a la búsqueda del poder, si no al deseo de liderar al pueblo libio hacia la gloria, el progreso y la prosperidad».

El anuncio de Hafter, que tiene también nacionalidad estadounidense y está acusado de crímenes de lesa humanidad, suma un nuevo foco de tensión al ya muy controvertido proceso electoral libio, ya que varios altos responsables en el este del país habían expresado en las últimas semanas su oposición e incluso advertido de las «graves consecuencias» si esta finalmente se confirmaba.

El más vehemente, el líder del Consejo Supremo de Estado, una suerte de Senado creado por la ONU durante el fallido proceso de reconciliación en 2015, Jaled al Mashri, quien aseguró que la presencia del mariscal y su posible victoria desatarán de nuevo una guerra civil, que quedó interrumpida hace un año gracias al alto el fuego promovido por Rusia y Turquía, los dos estados que más influyen en el conflicto libio.

Al Mashri es, junto a otros responsables en Trípoli y en la ciudad estado de Misrata, uno de los principales defensores de que se retrasen los comicios, convocados hace un año por el Foro para el Diálogo Político en Libia (FDPL), un organismo no electo creado «ad Hoc» por Naciones Unidas en su nuevo intento por propiciar la paz a un país víctima del caos y la guerra civil desde que en 2011 la OTAN facilitara militarmente la victoria rebelde.

COMPETENCIA CON EL HIJO DE AL GADAFI

El polémico proceso electoral libio sufrió la primera sacudida el pasado domingo después de que Saif a Islam, segundo hijo y presunto heredero del tirano, fuera el primero en presentar los documentos para las que, de celebrarse, serán las primeras elecciones presidenciales de la historia de Libia desde su independencia de Italia en 1951.

Pocas horas después, la Fiscalía Militar exigió de inmediato su suspensión -y la posible de Hafter- hasta que se concluya una investigación a ambos por crímenes de guerra, mientras que el lunes diversos centros de votación y sedes de la Comisión Suprema Electoral en distintas zonas del país fueron cerradas por diversas milicias como señal de protesta.

Igualmente se espera que en antes del 22 de noviembre, fecha en la que concluye el plazo, presente su candidatura otro antiguo gadafista más: el primer ministro del Gobierno Nacional de Unidad transitorio (GNU), Abdelhamid al Debaibah, un multimillonario que hizo fortuna durante la tiranía y que este lunes atacó con dureza la ley electoral, aprobada por el Parlamento en Tobruk.

UN MILITAR CONFLICTIVO

Nacido en 1943 era miembro de la cúpula militar que derrocó al rey Idris en 1969 y fue durante la década de los setenta el líder del Ejército de Gadafi.

Sin embargo, en 1989 cayó en desgracia tras ser abandonado por el dictador y sufrir una humillante derrota en el campo de batalla, de la que le sacó la CIA junto a un grupo de 400 leales.

Asentado en Virginia, en un barrio junto a la sede en Langley, logró la nacionalidad y se convirtió en el principal opositor en el exilio.

Regresó a Libia con ayuda de Estados Unidos en marzo de 2011, un mes después del estallido de la revuelta, y cabildeó entre las fuerzas rebeldes hasta lograr que en 2014 el gobierno no reconocido por la ONU en el este y el Parlamento en Tobrouk le nombraran jefe del Ejército Nacional Libio (LNA).

Un año después, y con ayuda de mercenarios rusos, chadianos y árabes, y el respaldo de Egipto y Emiratos Árabes Unidos y Francia, lanzó una campaña militar que le permitió hacerse con el control de los recursos petroleros, el este y el sur del país y cercar al Gobierno de Acuerdo Nacional impulsado por la ONU en Trípoli.

Deja una respuesta

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies