Carlos Saura nos ha dejado

Nos deja uno de los directores de cine internacional más grande de la historia

RPRESS Pedro Ignacio Altamirano. Málaga, 11 febrero 2023.- Carlos Saura ha subido a Olimpo de los Dioses del Cine, donde sólo habitan los más grande sin distingos de lengua o nacionalidad.

Un Dios que, cuando eres niños te cuesta entenderlo, al tiempo que te deja con la mirada inmóvil a la pantallas. La magia consiste en que, como en el caso de los buenos vinos, vamos mejorando con el tiempo y poco a poco. Esa magia de convierte entonces en admiración, al mismo ritmo que el entendimiento nos hace capaz de desnudar las claves de la obra, camuflada con la maestría que supone burlar la censura con ironía.

Carlos Saura un maestro del toreo de salón a la censura

 Viví las dos últimas décadas del franquismo, donde el departamento de tijeras afiladas se cebaba con los fotogramas a las primeras de cambio, tachones en cualquier texto “amoral” o contrario a los sagrados principios del movimiento nacional, o los dictados de la Iglesia española, que no romana. Ir al cine, leer un libro, descifrar un artículo periodístico era todo un ejercicio filosófico-intelectual para descifrar los mensajes ocultos entre los fotogramas o líneas.

Carlos fue unos de esos grande encriptadores que supieron con Camilo José Cela, fueron capaces de encriptar para que, justo los censores no fuesen capaces, pero el resto sí. Una maestría que hoy tanta falta hace en una sociedad que cuanto más avanza, más retrocedemos en capacidad no ya de desencriptar, sino entender lo que se lee o ve a simple vista ¿se habrá vuelto censora la sociedad? Lástima, tragedia colectiva de la perdida de estos grandes comunicadores sociales, que ¡oh!, que atrevimiento, nos obligaba a pensar por nosotros mismos.

La pereza de currículo

Da pereza el obligado repaso a la biografía de un grande como Carlos Saura, del que poco se nos escapa a los aficionados al Cine, al Arte, pero como por otro lado es de “obligado cumplimiento” recordar que Carlos Saura Atarés, nace en la Huesca, que existía en 1932.

Su infancia azarosa durante la Guerra Civil española (1936-1939), que le llevó a refugiarse con su familia en las zonas republicanas de Madrid, Barcelona y Valencia, le marcó e influyó a lo largo de su futura carrera cinematográfica. Finalizado el conflicto, regresó a su ciudad natal y dos años más tarde, en 1941, se trasladó a Madrid para estudiar el bachillerato e iniciar sus primeros trabajos como fotógrafo, con los que participó en varias exposiciones.

En 1952 ingresó en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC), donde se diplomó con el título de director en 1957 con la práctica “Tarde de domingo”. Un año más tarde, dicha institución le contrató como profesor de prácticas escénicas. Su debut en la pantalla fue como guionista y director de “Los golfos” (1957), un primer acercamiento a la juventud marginal española que, al ser seleccionada por el Festival de Cannes (Francia), despertó las iras de la censura franquista.

Durante el certamen conoció al cineasta Luis Buñuel, quien le animó a concluir su obra maestra inacabada “Simón del desierto” y con quien trabó una profunda y respetuosa amistad. Fruto de ella fue la colaboración de Buñuel en el papel, masacrado por la censura, del verdugo en las escenas iniciales de “Llanto por un bandido” (1964), biografía romántica del bandolero andaluz José María el Tempranillo.

De forma paralela a su trabajo, Carlos Saura siguió ejerciendo como profesor en la Escuela Oficial de Cinematografía e inició una larga y fructífera etapa de colaboración de dieciséis años con el productor Elías Querejeta. Su primera película juntos, La caza (1965), psicológica alegoría de la Guerra Civil que obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Berlín constituyó su primer éxito fuera de España y le permitió formar un compacto equipo de colaboradores, entre los que figuraban el guionista Rafael Azcona, el músico Luis de Pablo, el director artístico Emilio Sanz de Soto, el montador Pablo del Amo y los operadores Luis Cuadrado y Teo Escamilla.

A lo que me niego en rotundo es a detallar la filmografía de Carlos, por lo que os dejo un enlace y lo leéis ahí, o bien os buscáis la vida. Sólo me queda pedir a alguna de las interminables plataformas digitales que reponga, sino toda su filmografía, si un buen catálogo de su obra.

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