Shalom Israel
RPRESS Pedro I. Altamirano. 13 de mayo 2021.- Siempre he combatido todo tipo de violencia. Todo se puede arreglar con la palabra, pero el ser humano, en su infinita inmadurez prefiere la violencia y la guerra, esa en la que siempre mueren los más inocentes, desamparados y niños, siempre los niños, inocentes de todo. Maldigo todas las guerras, maldigo toda la violencia, sea de quien sea, venga de donde venga, la maldigo mil veces.
Es cierto que ninguna de las partes, ni árabes ni judíos, llevados por los peores instintos del ser humano, son incapaces de llegar a acuerdos de paz. Prefieren la guerra, el padecimiento de la población, el odio y la violencia. Un conflicto, que, como todos los conflictos armados dura ya demasiado, pues un solo segundo de guerra, ya es demasiado para cualquier humano. Pero no aprendemos, quizás desaparezcamos como civilización antes que aprender.
No entro en las razones, ni quién es más que quien, porque el que tira la piedra de respuesta, es tan culpable como el que la tira primero. Soy Cristiano, y por tanto seguidor de las enseñanzas de, ante un golpe, pon la otra mejilla como respuesta, pues no llevaré más razón, ni venceré, devolviendo el golpe, solo creare más violencia. Pero esa, es una opción personal el intransferible, pues ni los propios cristianos lo aplican bañados de sangre como estamos también, que de violencia no se libra nadie por desgracia.
Dicho esto, como soy humano, y por tanto contradictorio, creo, del mismo modo, en el derecho a la autodefensa. Por tanto, que el Estado de Israel determine que tiene derecho, y ejerza el derecho a la defensa puedo aceptarlo dentro del concepto de última opción posible, pero la defensa no puede significar, bajo ningún concepto genocidio. A esto último me voy a referir, al método indiscriminado, y con tintes genocidas con los que, Israel está contestando a Palestina. Injustificable por inhumano.
Nada justifica ninguna violencia, pero menos aún la desproporcionada y ejercida, con el único propósito de ejercer el terror sin rubor ninguno en ejercer un verdadero genocidio contra la población civil pudiéndose evitar.
Las imágenes que me llegan por los medios de comunicación y redes sociales, sobre los ataques indiscriminados, con una potencia desmedida contra la población civil palestina, no lo veía desde los documentales de la destrucción de ciudades completas en la II Guerra Mundial. Un ejército como el Israelí, tiene medios más que suficiente como para responder, y por tanto ejercer su derecho a la autodefensa de forma selectiva, precisa y quirúrgica contra objetivos concretos, pero no, han preferido el camino del genocidio, y por tanto el camino del horror y la inhumanidad.
Nada justifica ninguna violencia, pero menos aún la desproporcionada y ejercida, con el único propósito de ejercer el terror sin rubor ninguno en ejercer un verdadero genocidio contra la población civil pudiéndose evitar. Unas imágenes indescriptibles que invalida al Estado de Israel como nación civilizada, y por tanto indigna de ser reconocida como tal. Más aún, cuando el terror no termina ahí, sino que, además, tenemos que soportar como manadas de descerebrados sionistas asesinos, no tienen otro nombre, se lanzan a las calles de Israel a la caza de indefensos árabes para machacarlos en plena calle, como una manada de lobos hambrientos de sangre, ante los aplausos y jadeos desde los balcones de los edificios, recodando el horror de la noche de los cristales rotos en la Alemania Nazi. Al ver estas imágenes he sentido vergüenza de pertenecer a la especie humana.
Paren de inmediato. Paren este inmenso genocidio sin sentido que han comenzado para horror de la humanidad. Paren de inmediato esta cacería del inocente con la justificación de castigar a los culpables. No olviden nunca lo que hicieron con vosotros a través de toda la historia, desde la injusta expulsión de Sefarad por los totalitario Reyes Caóticos de Castilla, hasta los hornos crematorios nazis, porque por el camino que llevan, los próximos que construirán hornos crematorios será vuestro gobierno. Ni el pueblo de Israel, ni la religión hebrea, ni la humanidad, merecen este final. Para Isarel, Para. Shalom.
Pedro I. Altamirano @altamiranoMLG