Marruecos, pilar básico de la seguridad en el Mediterráneo
La invasión de Rusia en Ucrania pone de manifiesto la necesidad de una política común de defensa mediterránea.
RPRESS Pedro I. Altamirano. Málaga, 27 febrero 2022.- La intolerable e increíble guerra de Ucrania en pleno siglo XXI, que debía ser un nuevo siglo de luces para el mundo, hace que pongamos los pies en el suelo de la realidad. Nada cambia. El imperialismo y ultra nacionalismo siguen más vivos y dañinos que nunca. A las grandes potencias les da lo mismo todo lo demás.
Si algo está dejando en claro este conflicto, es que seguimos en manos de los de siempre sin capacidad de reacción. USA y RUSIA jugando una partida de ajedrez, para seguir con la costumbre sobre el tablero europeo, sin pedir permiso a nadie, ya que nadie se atreve a negarse al juego. Ello evidencia la necesidad de políticas de seguridad propias con capacidad real de acción diplomática propia.
Si hay algún territorio que necesita una política común independiente, en lo que se pueda, del resto de intereses internacionales, sin duda es el Mediterráneo. Son muchas las naciones cargadas de historia, de cultura e intereses en común, pero sin que, valga la redundancia, nada en común a la hora de la verdad.
El Mediterráneo debe tener una voz propia e “independiente”, para ello es necesario demostrar disuasión y determinación, sobre todo, y por desgracia en seguridad, que más quisiéramos todos un mundo feliz sin ejércitos ni policías, pero Ucrania nos demuestra que, por desgracia, el ser humano aún no está preparado para la paz. La única fuerza Mediterráneo en común con un mínimo de organización es la Fuerza Anfibia Italiano-Española (SIAF), uno de los dieciocho grupos de combate establecidos bajo la política común de seguridad y defensa de la Unión Europea. Está integrado por el SILF (fuerza de aterrizaje), compuesto por 1500 marines de los países participantes (Italia, España), sin duda del todo insuficiente para tomar decisiones propias.
Por ello es necesario y urgente, ampliar la fuerza más allá de Italia y España además de la Unión Europea para dar estabilidad y seguridad. Sin duda, los dos únicos países con capacidad, seguridad y credibilidad necesaria para ello son Marruecos e Israel, mas ahora que ambos países han decidido emprender el camino de la cooperación mutua. Sumar ambos países a la SIAF y el SILF, como base de una estrategia diplomática propia, sería un primer paso para dotarse de la credibilidad mínima para afrontar, de forma directa, en los conflictos y problemas del Mediterráneo sin la necesidad de la ayuda, nunca gratuita, de potencias no mediterráneas.
El Eje Roma-Madrid-Casablanca-Jerusalén sería una vía distinta, para buscar soluciones a conflictos como el de Libia, Túnez, Argelia, Libia, Siria o la interminable tensión entre Turquía y Grecia, desde una perspectiva mediterránea, al margen de asegurar el importante eje para el comercio Baleares-Estrecho-Canarias. Una alternativa mediterránea para solucionar los problemas de los mediterráneos.