Los niños usados como terroristas por el Polisario en Tinduf
RPRESS Pedro I. Altamirano. Málaga, 29 de agosto 2021.- Todos los años, sin pandemia, vemos llegar a inocentes niños saharauis con banderitas del Polisario, a pasar el verano en familias españolas de corazón grande y generoso. Todo sería maravilloso, sino fuera porque las familias están siendo utilizadas y engañadas. Estos pobres niños, aprovechándose de su ingenuidad, son utilizados para vender las tesis del Polisario y sacar dinero para la organización. Lo que no saben las familias es, que el dinero jamás llega a los campamentos para las familias de los niños, sino que se usan para el buen vivir de la clase dirigente del Polisario en sus casas de Vitoria, y sus hijos que viven y estudian en los mejores colegios y universidades europeas. Lo peor de esta tragedia, es que esos mismos niños son entrenados como futuros terroristas en los campamentos. Así de dura es la realidad.
Esto se lleva denunciando hace tiempo, pero ya sabemos lo que cuesta ver la verdad de un verdadero genocidio cuando somos partícipes indirectos del mismo. Hubo muchos alemanes/as que tuvieron que pasear por los campos de exterminios de la Alemania nazi, para creer de lo que habían sido cómplices indirectos. Con el Frente Polisario ocurre algo parecido, la realidad es tan dura y cruel que tarda en ser creída, y muchos la negaran hasta que los responsables sean sentados ante la Corte Penal Internacional por doce delitos distintos contra los derechos mínimos de cualquier ser humano. Aún así, habrá quien lo niegue.
La batalla judicial para rescatar a los saharauis secuestrados en los campamentos de Tinduf ha comenzado a todos los niveles, tanto nacionales como internacionales. Ningún responsable del Polisario, dirigentes, cómplices, verdugos, colaboradores directos e indirectos, agentes sociales, asociaciones y administraciones, se librará de ser puestas en manos de la justicia internacional, para que rindan cuenta de sus presuntos delitos de lesa humanidad, pero sobre todos ellos, el de la utilización de niños para el terrorismo. Todos los delitos de lesa humanidad son horribles, pero los cometidos con niños/as traspasan todas las líneas de la ética y la moral humana.
Hay que recordar la cita de la Dra. de Post Grado asociada a la Cátedra de Humanidades de la Universidad de Humboldt de Berlin (Alemania), Judit Segarra en su “Ética e infancia: el niño como sujeto moral, en la que nos indica que, desde una perspectiva de ética aplicada, se han identificado tres tipos de trato: el paterno-moral, el normativo-jurídico y el diferencial. Cada uno de ellos responde a distintas lógicas de abordaje de la problemática ética en torno a la figura del niño. El primero concibe al infante sólo como un “ser social”, objeto de cuidado pero no sujeto moral; el segundo introduce la dimensión universal posibilitada por el fenómeno de los derechos humanos, el niño es tratado ya como un ser digno, de derecho pleno; la tercera considera la perspectiva particular y singular, destacando la constante alternancia de cada niño entre la autonomía y la vulnerabilidad subjetiva. Se sugiere, finalmente, la idea que el niño, como otros sujetos morales, es un “ser capaz de” y cuyo poder de autorrealización se construye a partir de otro que posibilita o no. En esta ética de la intersubjetividad, la infancia se convierte para el otro -padre, educados, profesional- en una invitación al ejercicio de la prudencia responsable.” Esto advierte de forma clara, que se debe poner ante la justicia, no solo a los responsables del Frente Polisario, sino aquellos que permiten la utilización de los niños/as para entrenamiento violento: padres, educadores y profesionales de cualquier tipo que tenga relación con los niños/as saharauis en los campamentos. También se podrán depurar responsabilidades civiles, morales y económicas, a toda persona implicada de un modo u otro.
Unos actos tan inhumanos, que la ética y la moral democrática, obliga llegar hasta el final. Son muchos responsables de asociaciones que, de forma presunta, tienen conocimiento de estos actos. Será fácil de averiguar, confirmando la estancia en los campamentos de Tinduf, durante las demostraciones públicas de los ejercicios de entrenamiento terrorista de los niños/as, a los de debieran proteger. Pues conocedores de forma directa, incumplen con toda ética humana, no sólo el permitirlo, que ya es grave, sino el no ponerlo en conocimiento de las autoridades judiciales nacionales e internacionales, además de las organizaciones de protección de la infancia.
Niños como fondo de comercio, este es el verdadero valor de la infancia para el Frente Polisario como para los que colaboran con ellos. Desde el inicio, el Polisario tuvo claro que necesitaba los campamentos de Tinduf con saharauis, aunque fuese contra su voluntad, para hacer caja con la que mantener el alto nivel de vida de los responsables, pero del mismo modo, viven muchos presidentes de asociaciones pro-saharaui que, en el caso de terminarse el conflicto, deberían volver a sus puestos de trabajo porque se les acababa el fondo de comercio. Esto son tan inhumano, que tardarían poco en buscar otro conflicto del que seguir viviendo bien sin trabajar. Un fondo de comercio que mantiene secuestrado a personas, asesina, viola, amenaza y arranca el alma a los niños/as. Han prostituido la inocencia de los niños/as. Pronto lo pagarán todos.