La violencia yihadista en el Sahel pone en peligro a una “generación entera”

RPRESS  23 abril 2021.- La violencia yihadista en Mali, Níger y Burkina Faso ha forzado a que cerca de un millón de personas hayan tenido que abandonar sus hogares, han destruido las ya de por sí frágiles economías agrícolas y restringido las esfuerzos humanitarios, ha alertado hoy el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA).

Burkina Faso está atravesando una dramática crisis humanitaria que ya ha alterado la vida de millones de personas. Cerca de medio millón de habitantes se han visto obligados a abandonar sus hogares y un tercio del país ahora es zona de conflicto”, señaló el director ejecutivo de WFP, David Beasley, en un comunicado.

Nuestros equipos sobre el terreno están viendo los niveles de malnutrición superar con creces el umbral de emergencia. Esto significa que las niñas y niños pequeños y las madres de recién nacidos están al límite. Si queremos salvar estas vidas, tenemos que actuar”, añadió Beasley.

Según explica Reuters, grupos ligados a Al Qaeda y al Estado Islámico, que una vez estuvieron confinados a unas áreas sin ley en el norte de Mali, se han esparcido en los últimos años desde las áridas zonas del Sahel hasta el sur del Sáhara, dentro de Burkina Faso y Níger, avivando los conflictos étnicos y atacando a las Fuerzas de Seguridad a su paso.

«El mundo todavía no ha entendido completamente el alcance de la creciente crisis humanitaria en la región del Sahel central«, dijo a Reuters el portavoz del PMA, Herve Verhoosel.

En un comunicado, el PMA expone que la violencia en Burkina Faso se ha disparado: durante la primera mitad de 2019 se registraron más ataques que en todo 2018. Asimismo recalcan que el número de muertes entre la población civil fue cuatro veces mayor. Como consecuencia a los crecientes niveles de inseguridad, se han cerrado escuelas y provocado el éxodo de la población rural hacia la ciudad en busca de refugio, en un país en el que cuatro de cada cinco personas viven de la agricultura.

El PMA, organismo dependiente de la ONU, aporta unas cifras devastadoras. «El impacto en los 20 millones de personas de toda la región que ahora viven en zonas de conflicto es dramático. Sólo en Burkina Faso son 486.000 personas las que se han visto obligadas a huir de sus hogares; la cifra total de desplazados internos en los tres países del Sahel asciende a 860.000. Entretanto, 2,4 millones de personas necesitan asistencia alimentaria en el Sahel central, cifra que podría aumentar debido a los continuos desplazamientos». Se prevé que a finales de años, los desplazados en Burkina Faso asciendan a las 650.000 personas.

Emboscada mortal en Mali

Sin ir más lejos, según informó la agencia Efe, más de cuarenta personas, entre soldados y supuestos terroristas, murieron el lunes en una feroz batalla protagonizada en la zona fronteriza de Mali y Níger por los ejércitos de ambos países contra un grupo de yihadistas al que perseguían.

Las Fuerzas Armadas Malienses (FAMA), que ya ese mismo día dieron cuenta del suceso pero reconocieron solo siete muertos en sus filas, precisaron este martes en un comunicado que en la refriega perdieron a 24 soldados, además de otros 29 que quedaron heridos, mientras que no hay noticia de bajas entre los militares de Níger.

En cuanto a los presuntos yihadistas, cuya filiación se desconoce, hay 17 de ellos muertos en combate y un centenar más hechos prisioneros y conducidos por los militares nigerinos hasta la localidad de Tiloa.

Se trata del tercer grave ataque contra el Ejército de Mali en menos de dos meses. En total, ya han fallecido un centenar de soldados malienses.

En cuanto a Burkina Faso, los ataques yihadistas son recurrentes desde abril de 2015, con un aumento significativo de la violencia procedente de la vecina Mali y vinculada a grupos como Al Qaeda y el autodenominado Estado Islámico. De acuerdo con la agencia Efe, las regiones más afectadas por la inseguridad son la del Sahel (norte), que comparte frontera con Mali y Níger; y la región centro-norte, pero en el este del país la situación también se ha degradado desde el verano de 2018 y su capital, Uagadugú, sufre atentados desde 2016.

Cambio climático

El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas alerta no solo de la violencia e inseguridad, también de los efectos a largo plazo del cambio climático. El Sahel está sufriendo en primera línea el impacto del cambio climático. «Muchas comunidades ya están teniendo que adaptarse a un clima impredecible«.

En suma, el PMA sostiene que la respuesta humanitaria debe intensificarse rápidamente para poder proteger y salvar vidas en Burkina Faso y en toda la región. Ellos aseguran que han intensificado su respuesta, «proporcionando asistencia alimentaria y nutricional a más de 2,6 millones de personas en lo que va de año en los tres países del Sahel central«. ESTHER S. SIETEIGLESIAS

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