La soberanía de Ceuta, Melilla y Gibraltar se tendrá que abordar más temprano que tarde.
Las grandes potencias colonizadoras históricas, como es el caso de los Reinos de España y el Reino Unido, deben solucionar el problema colonial histórico desde el reconocimiento que además del derecho consolidado, está el derecho natural, más cuando los territorios fueron ocupados, o bien a la fuerza, o forzando desde la superioridad.
RPRESS Pedro I. Altamirano. Málaga, 17 noviembre 2022.- Ceuta, Melilla y Gibraltar. La diferencia entre diplomacia oficial y diplomacia civil, es que, mientras la primera siempre defiende los intereses de las naciones a la que representa, la segunda realiza desde la total y absoluta independencia en beneficio de la verdad, la justicia y la paz.
Es por ello qué, problemas territoriales o de soberanía, no debieran ser solucionado por la diplomacia oficial, sino en base a la independencia y fines que persigue la diplomacia civil. Esto no significa que la civil suplante a la oficial, pero si servir como vía de reflexión e incluso como espejo ético y moral a las decisiones de la diplomacia oficial.
Los casos históricos de las colonias españolas en el norte de áfrica y del Reino Unido en territorio español, son, de modo evidente dos casos típicos que desde la diplomacia oficial es difícil abordar con calma y perspectiva, pero han pasado siglos sin solución.
Hablar de las colonias españolas en Ceuta, Melilla e islotes en el Reino de Marruecos, no sólo crea un visceral rechazo, sino que al que se atreve a poner en cuestión indiscutible de la “españolidad” de los territorios es tachado de loco, anti patriota e incluso de traidor a España, pero después se les olvida que el Reino Unido tiene ocupado el Gibraltar andaluz en España.
Lo más curioso es que cuando preguntas en el Reino Unido sobre la colonia gibraltareña opinan igual que en España, que aquel pobre británico que se atreva a poner en cuestión la soberanía británica sobre el peñón de Gibraltar es un loco, anti patriota e incluso de traidor a Inglaterra. De eso modo, con ese pensamiento colonial es imposible, ni hacer diplomacia oficial, ni llegar a acuerdo alguno. Este no es el camino.
Ceuta y Melilla en busca de una solución pacífica y pactada entre todas las partes
Los Estados se basan en los acuerdos firmados en base a derechos de conquistas, caso de Gibraltar que se refleja en el Tratado de Utrecht, firmado el 13 de julio de 1713, en su artículo X por el que se cede a la Corona Británica “la plena y entera propiedad de la ciudad y el castillo de Gibraltar, conjuntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen”.
En el caso de Ceuta, es conquistada a la fuerza en 1415, de nuevo los derechos de conquista, y que en el año 1580 se convierte en parte de la Unión Ibérica con España, ya que el reino de Portugal fue heredado por Felipe II y quedó anexionado. Pero no fue hasta dos siglos más tarde cuando los ceutíes se incorporaron «a la Corona de Castilla en 1640», pasando a ser de dominio español. Tras no considerar legítima la proclamación del duque de Braganza como rey de Portugal. Entonces, siguió perteneciendo al reino de Felipe IV en España.
Los Reyes Católicos, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla temían a los piratas y las invasiones, acababan de reconquistar Granada, por lo que tenían que asegurarse puertos para poder repeler ataques. Melilla estaba en su punto de vista, pero no había mucho dinero.
Ahí entró en acción el duque de Medina Sidonia, que decidió encargarse de ello. La historia dice a veces que fue el duque el que se dirigió a los reyes, y no al revés, pero lo cierto es que Sidonia hizo una incursión a la costa del norte de África en 1497 para controlar las costas que refugiaban a piratas. Así fue como Melilla acabó entrando a formar parte de España.
Tanto en el caso de Gibraltar, Ceuta, Melilla y peñones son, les guste o no a españoles y británicos “colonias ganadas con las armas” sin más paliativo. Recordaré en estos momentos recordaré la pregunta que nos hace el Mariscal prusiano Karl von Clausewitz si hay algo peor que la guerra, a lo que nos contesta que perderla, para entender que tanto el Reino de España como el Reino Unido mantienen bajo su soberanía territorios en base a guerras ganadas contra los propietarios de los territorios. ¿Dónde está la diferencia pues?
Es verdad que el derecho consolidado te lo dan los acuerdos y el tiempo de soberanía, a mi punto de vista más que discutible, pero nunca puede estar sobre el derecho natural de los pueblos a recuperar aquello que le fue quitado por la fuerza, haya pasado el tiempo que haya pasados.
Los andaluces tienen derecho a recuperar Gibraltar, del mismo modo que el Reino de Marruecos tiene derecho a recuperar Ceuta, Melilla y peñones. No así Canarias, por no dejar flecos sueltos, que nada tuvo nada que ver en modo alguno con estos casos. Canarias es un caso distinto por completo, y de ese modo se recoge y se reconoces por las Naciones Unidas.
Otro de las teorías más que repetidas en España es que Ceuta y Melilla son españolas antes que existiera el Reino de Marruecos. No es cierto. Porque de serlo tendríamos que aclarar desde cuando existe el Reino de España, ya que para muchos españoles España fue creada por Dios en mismo día que creó el mundo, mientras que el Reino de Marruecos existe desde su independencia del colonialismo español y francés en 1957.
No puedo explicar en este momento por su extensión que el Estado marroquí existe mucho antes que el Reino de España, pero aunque en una falta completa de humildad por mi parte puedo recomendar mi trabajo “Sáhara marroquí” donde se explica con absoluta claridad documental. Sólo dos ejemplos claros: el Estado marroquí es el primer Estado en reconocer a los Estados Unidos tras su independencia y la inmediata apertura de la Embajada americana en Tánger, y de forma más reciente basta con hacer referencia a la Conferencia Internacional de Algeciras tuvo lugar en la ciudad española de Algeciras entre el 16 de enero y el 7 de abril de 1906.
En base a todo ello, creo que ha llegado el momento de comenzar a abordar con mucha calma para respetar el derecho y los derechos de las Naciones coloniales por un lado y por otro la opinión de los ciudadanos de la colonias que deben ser tenidas en cuenta y respetadas, de buscar soluciones imaginativas para solucionar la situación, siempre desde el diálogo, el aporte de soluciones pactadas por todos, para lo que sin dudad llevará a soluciones imaginativas e incluso que rompan con los modelos actuales de descolonización. Se trata de avanzar, no de retroceder.
Es importante llamar a la calma, la reflexión y la búsqueda de soluciones a aquellos que piensan desde los extremismos desde los ultranacionalismo estatales, que por un lado reclaman la devolución inmediata por el medio que sea, y los que se niegan desde el mismo extremismo a lo contrario.
Por ello, y en base a la coherencia, estoy convencido que es un problema que, en principio debería reflexionarse y debatirse en el marco de la diplomacia civil y trasladar las recomendaciones al ámbito de la diplomacia oficial que es, en última instancia quien debe tomar las decisiones finales.