La Marcha Verde represento la determinación del pueblo marroquí en la tarea de la reunificación territorial del Reino
La atrevida y audaz maniobra de SM Hassan II rodeado y apoyado por el pueblo, fue determinante para continuar la labor de reunificación territorial comenzada por su padre, SM Mohammed V tras la independencia.
RPRESS Pedro I. Altamirano. Málaga, 5 noviembre 2022.- SM Hassan II había esperado de forma paciente que España devolviera las provincias del sur del Reino de Marruecos ocupadas de forma ilegal, todas las colonizaciones son ilegales, por España.
Ya en 1958, el General Franco y SM Mohammed V negociaban la devolución de territorio. Como es sabido, el complot de las Palmas de Gran Canarias, por el que generales franceses convencieron a los militares españoles para que no permitieran tal devolución, a cambio de oscuras y presuntas prebendas y la ayuda militar para expulsar al Ejército de Liberación Nacional de Marruecos (LNM), creado en los años 1955 con el objetivo de liberar a Marruecos de la ocupación franco española, y consolidar el territorio a favor de España. De ese modo se organizó la operación Ecouvillón por la que se consigue expulsar al LNM y seguir ocupando las provincias del sur desde 1958 hasta 1957, sin que nunca supiera que hacer en el territorio ocupado.
Hay que recordar que el LNM estaba formado marroquíes incluidos miembros de as tribus autóctonas saharauis marroquíes que habían renovado, tal como hacía siglos que hacía, el juramento de lealtad a la dinastía alauí, que dejaron muchas vidas sobre el desierto en la lucha común de todo los marroquíes por la independencia del territorio del colonialismo español y conseguir continuar con la reunificación del Reino.
Vicepresidente del Gobierno desde el mismo 1957 y ministro de Defensa desde el 23 de mayo de 1960, SM Hasan II llevaba de hecho las riendas del Ejecutivo en una suerte de diarquía cuando su padre falleció, de forma tan inesperada como prematura, a los 52 años de edad el 26 de febrero de 1961 de un paro cardíaco en Rabat, en el posoperatorio de una intervención quirúrgica para corregirle una desviación de tabique nasal. De modo inmediato, SM Hasan II tomó posesión de la jefatura del Gobierno y el Estado y el 3 de marzo, tras recibir el juramento de obediencia y fidelidad de los ulema islámicos y los notables del Reino. Fue entronizado en Rabat como 17º monarca alauí, Comendador de los Creyentes (al-Amir al-Mu’minin) y 35º descendiente directo del Profeta.
El reinado de SM Hasan II comenzó con relaciones más que problemáticas con Argelia. Con el sucesor de Ben Bella, el coronel Houari Bumedián, el monarca alauí sostuvo una ambigua relación en la que durante una década convivieron una cierta empatía personal y las suspicacias políticas, hasta que la cuestión del Sáhara les separó sin remedio en 1975. El 15 de enero de 1969 ambos dirigentes suscribieron un acuerdo de cooperación y amistad que, al menos sobre el papel, zanjó las diferencias abiertas desde la guerra fronteriza de 1963, y la celebración en Rabat de la X Asamblea ordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la OUA del 12 al 15 de junio de 1972 brindó otro escenario para los gestos de reconciliación. En la misma, SM Hasan II salió investido presidente anual de turno de una organización panafricana con la que años después iba a terminar rompiendo.
Muy complicadas fueron las relaciones de SM Hasan II con el déspota Coronel Muammar al-Gaddafi, aupado al poder en Libia el 1 de septiembre de 1969 en un golpe de Estado que puso fin a la monarquía del rey Idris I. Tres semanas más tarde el rey y el joven oficial golpista sostuvieron un encuentro de presentación en Rabat, con motivo de la V Cumbre de la Liga Árabe, la que se amplió hasta el 25 de septiembre a un foro de mandatarios del orbe musulmán, preparatorio de la puesta en marcha, meses después, de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI).
Desde el primer momento, Gaddafi, un panarabista republicano e islámico ardiente, se desgañitó en insultos al monarca y en llamamientos a los marroquíes para que se alzaran y le derrocaran. Se sabe que Gaddafi alentó y orquestó numerosas conspiraciones golpistas en Marruecos, aunque su implicación directa en las intentonas de 1971 y 1972 es harto discutible.
Esto es importante para lo que acontecería durante la descolonización de las provincias del sur de Marruecos, sabedor SM Hassan II que estaría solo en la misión reunificadora del Reino. Más si tenemos en cuenta los esfuerzo de SM de acercamiento a los Estados Unidos y al dar una solución al problema del Estado de Israel.
SM Hasan II protegió a los judíos marroquíes, que siempre habían sido leales a Palacio, de eventuales actos en su contra, alentó las emigraciones voluntarias a Palestina, cosa que hicieron la mayoría, acelerando la reducción del número de marroquíes de esta comunidad: los 200.000 censados a comienzos del reinado pasaron a ser sólo 18.000 a finales de los años ochenta, y la adquisición de la ciudadanía israelí, del mismo modo acogió múltiples visitas secretas de dirigentes israelíes. En 1970, cuando desde Trípoli hasta Adén se hervía de deseos de desquitarse de Israel por la humillante derrota en la guerra de los Seis Días, el rey se entrevistó en Roma con el presidente del Congreso Mundial Judío, Nahum Goldman. La tesis pionera de Hasan era que el Estado judío fundado en 1948 era una realidad que no tenía vuelta atrás y que los países árabes no tenían otro remedio que convivir con él, a ser posible de manera pacífica.
En estas condiciones, SM Hassan II no renunció nunca a la labor de la reunificación del reino, de tal modo que comenzó su apuesta más fuerte para recuperar las provincias del sur en el Sáhara Occidental, extenso territorio en la frontera sur, colonizado y administrado por España desde 1884, siempre reclamado por Marruecos y para el que la Asamblea General de la ONU estaba reclamando un proceso de descolonización desde 1965. En 1974 Rabat solicitó al Tribunal Internacional de Justicia de la Haya un dictamen consultivo acerca de sus derechos de soberanía sobre este territorio desértico pero rico en fosfatos y hierro, amén de contar sus costas con opulentos caladeros de pesca.
Mientras tanto, Madrid se disponía a culminar la descolonización con la elaboración de un censo de población entre las tribus autóctonas de etnicidad mixta árabe-bereber y con claras especificidades culturales, como paso previo para la celebración de un referéndum de autodeterminación.
Al margen de estas evoluciones decididas por gobiernos foráneos, entre la población local la fracción radical del movimiento independentista constituyó el 10 de mayo de 1973 el Frente Polisario (Frente Popular para la Liberación de Saguia El Hamra y Río de Oro), que pronto a manos de un golpe de Estado interno organizado por el presunto genocida alias Brahim Ghali, fue armado por Argelia y Libia, emprendió la lucha armada contra los españoles y que pronto se revolvería contra Marruecos al servicio de los intereses argelinos y libios, o lo que es lo mismo, al panarabismo radical amparado por la extinta URSS. Con ello intentaban rendir cuentas y vengarse de las posiciones de SM Hassan II.
El 16 de octubre de 1975 el Tribunal de La Haya falló, en una sentencia más que discutible por contradictoria, que de los vínculos jurídicos de vasallaje de algunas tribus saharauis con el sultán de Marruecos en el pasado no se derivaba ningún derecho de soberanía sobre el territorio por el actual Estado marroquí. Sentencia discutible ya que entra en franca y clara contradicción con la carta de derechos de las tribus indígenas en países independientes de la OIT, al considerar que los juramentos (vasallaje) voluntario de las tribus son la máxima expresión de autodeterminación tribal. Ello coincidía con los históricos juramentos de lealtad de las tribus autóctonas saharauis marroquíes a los sultanes y reyes marroquíes.
De forma paralela, el General Franco llegaba al fin de su vida entre las luchas internas por el poder. Mientras el sector más totalitario luchaba por perpetuar el régimen, el sucesor, el por entonces Príncipe de Asturias Juan Carlos, abogaba por recuperar la democracia en España e integrarse de pleno derecho a las instituciones europeas e intencionales. Por tanto, el problema del Sáhara occidental era una patata caliente que había que resolver, pero no era fácil, el sector franquista no estaba de acuerdo en devolver los territorios y ello suponía un grave problema para Juan Carlos y sus aspiraciones.
SM Hassan II en una maniobra magistra, atrevida y determinante, a la vista del dictamen de La Haya y la ambigüedad española, organizó y anunció ante los medios de comunicación, la convocatoria de una gigantesca marcha de 350.000 civiles marroquíes sobre el Sáhara, todavía bajo control militar español, en un envite inopinado que constituía un desafío frontal a la autoridad de la ONU y una arriesgadísima maniobra de instrumentación interna que si salía bien le iba a conferir el mayor caudal de adhesión popular desde su ascenso al trono, pero que si salía mal podría costarle éste. Era el momento, y SM Hassan II lo arriesgó todo confiando de forma absoluta en el apoyo de su pueblo.
Con el apoyo de Estados Unidos, que no quería saber nada de una república nacionalista cliente de Argelia y Libia en la retaguardia de Marruecos, SM Hasan II dio el pistoletazo de salida a la llamada Marcha Verde el 6 de noviembre. La muchedumbre de civiles, con abundancia de mujeres y niños, cruzó la frontera y avanzó hasta los muros defensivos del Ejército español blandiendo banderas verdes del Islam, algunas americanas, ejemplares del Corán, enseñas nacionales marroquíes y retratos del rey. Una marcha civil y pacífica para hacer justicia y restablecer la reunificación territorial. La marcha se detuvo en Tah. Allí acamparon a la espera de noticias de España.
El 14 de noviembre la capital española fue el escenario de la firma de los Acuerdos Tripartitos hispano-mauritano-marroquíes, que establecieron la evacuación de los militares españoles y la entrega del territorio. El 18 de noviembre las Cortes españolas convalidaron los Acuerdos de Madrid con la aprobación de una Ley de Descolonización del Sáhara Occidental redactada sobre la marcha.
Una llegada las noticias de Madrid, la inmensa mayoría de las personas que componían la Marcha Verde regresó a sus casas, y solo unos poco penetraron en el territorio entre los que hay que destacar a los saharauis autóctonos marroquíes del Sáhara ya recuperado como Tarfaya, Sidi Ifni y otros. Hay que recordar que la línea recta trazada por la colonización dividió de forma antojadiza, no sólo el territorio nacional marroquí sino el propio territorio de la provincias del sur. Con la Marcha Verde no solo se recuperaba la reunificación del Reino, sino la propia reunificación del territorio del Sáhara marroquí.
La Marcha Verde desató una ola de nacionalismo en todo Marruecos sin parangón desde la independencia que logró que todos los movimientos políticos y sociales se integraran con entusiasmo en el sistema político “hasaniano” conformando lo que vino en denominarse una «unión sagrada para la recuperación de las provincias saharianas».
Un recuerdo de la Marcha Verde en la línea de Tah pic.twitter.com/Ht1MLlkszF
— 𝗣𝗲𝗱𝗿𝗼 𝗜 𝗔𝗹𝘁𝗮𝗺𝗶𝗿𝗮𝗻𝗼 (@altamiranoMLG) November 5, 2022
Lo pactado en Madrid debió ser el fin del problema, pero los enemigos de Marruecos con Argelia a la cabeza, azuzando al movimiento armado del Frente Polisario que ya asesinaba a trabajadores españoles y entrenaba en Argelia con la banda terrorista ETA, comenzarían una injusta y cruel guerra que separó contra su voluntad a familias de las tribus autóctonas saharauis marroquíes en los campos de concentración de Tinduf, donde son violados todos sus derechos de forma constante hasta nuestros días, usando niños como soldados, a las niñas como esclavas sexuales, torturan y asesinan a los opositores, mientras se quedan con la ayuda humanitaria para su provecho mientras abandonan a su suerte a los campos.
Tras el fallecimiento de SM Hassan II, su hijo y heredero SM Mohammed VI, continuó con la labor por la paz. Impulsó y consiguió la importante reforma constitucional de 2011 en la que baso la oferta autonómica para las provincias del sur como solución acogida a la carta de derechos de las tribus indígenas de la OIT.
Décadas después y tras mucha paciencia, gran trabajo diplomático y lucha por la paz, la verdad se abre paso para hacer justicia. España vuelve al tratado de Madrid, reconociendo que la autonómica siguiendo la estela de los Estados Unidos, Israel y una larga lista de países que no para de crecer. Las propias Naciones Unidas ha comenzado de forma clara a apostar por la solución autonómica. La paz está cada vez más cerca en base a la verdad y la justicia. Una historia de esfuerzo y triunfo que comenzó SM Mohammed V, continuo SM Hassan II y terminará sin duda SM Mohammed VI, pero que comenzó a tomar forma con la Marcha Verde.
Fuente consultada: CIDOB Barcelona Centre for International Affair.
Conclusiones del Grupo Internacional de Apoyo a la Paz y Reunificación Saharaui.