La irrenunciable marroquinidad del Sahara
RPRESS Pedro I. Altamirano. Málaga, 5 de junio de 2021.-
Y así el que es hábil origina lo extraordinario (Sun Tzu)
Lo peor de haber sido un imperio, es que perdura en la actitud de su modo de gobernar, de ver al resto de mundo, de forma muy especial, con aquellos que lo conformaron. Eso parece ocurrir con Europa en general, y España en particular, que aún queda grabada una supuesta superioridad con respecto a las excolonias. Verdadero freno para las relaciones bilaterales en beneficio de ambos, en beneficio de todos. El modo de afrontar España la realidad del Sahara marroquí es la muestra más evidente de ello.
En 1860, la Guerra de África terminó con la victoria de los españoles en la batalla de Tetuán, que les permitió apoderarse de la ciudad de Tetuán. En el tratado de paz insertaron un artículo que les permitió controlar posteriormente el Sahara. La región situada entre el cabo Bojador y el cabo Blanco fue reclamada por España en 1884, durante la conferencia de Berlín (establecimiento de una factoría en la península de Dajla y dependencias en la bahía de Cintra y en Cabo Blanco a finales de 1884 por Emilio Bonelli). En 1885, comenzó la construcción de Villa Cisneros y el establecimiento de factorías en Río de Oro y Cabo Blanco, dando comienzo a la colonización española. Se instala la gobernanza occidental de lo que se denominó Sahara occidental o Sahara español.
Lo que no se logra cambiar es propio sistema de gobierno del Sahara previo a la colonización, basado organizado en relación con el “chej” y a la “yemaa”. El chej asume una autoridad personal, no institucional, ya que era un miembro de las familias prestigiosas de la cabila, a las cuales se les atribuye una categoría superior. Es también una persona con un gran conocimiento y mucha experiencia, y su autoridad se manifestaba por medio del consenso general en el consejo y arbitraje de los conflictos del “ahel” o “fahed”. El poder del chej esta limitado por la yemaa, la asamblea de notables reunidos en consejo o parlamento libre, cuando surgían conflictos entre diferentes familias o cabilas. Este sistema de gobierno es determinante si queremos entender la verdadera realidad del Sahara.
Con este modo de gobierno descrito es fácil pensar que el Sahara antes de la colonización española pudiera estar configurado como Estado o Gobierno, ya que sus “dominios” comenzaban en el Atlántico y terminaban en el oriente, pero sin poseer fronteras, pues suyo eran todas las arenas del desierto, y el gobierno basado en la yemaa. Es por tanto indiscutible que quién crea las actuales fronteras del Sahara no son lo saharauis, sino la España colonial, solo hay que observar las líneas rectas trazadas a capricho e interés de las potencias colonizadoras en contra de los intereses de los pueblos colonizados. Por lo que hablar del Sahara, es hablar de un invento español para los intereses de España, jamás en interés de los pueblos nómadas que lo habitaban.
Importante saber la intima relación entre las tribus nómadas y los gobernantes de Marruecos a través de la historia a través del acto de la “Bayia” lealtad en árabe, una acción simbólica que enuncia la lealtad de un pueblo con su rey, gobernador o líder. La presencia de la “Bayia” entre los sultanes de Marruecos y los Chiujs o jefes de las tribus saharauis antes, durante y después de la colonización del Sahara, es dónde hay que profundizar para entender la realidad saharaui marroquí, lejos de posiciones impuestas por legalidades coloniales más que discutibles, ya que si imponemos la legalidad colonial sobre el derecho natural de los pueblos, lo único que se consigue, y a la vista está, es la perdurabilidad de los conflictos africanos en su totalidad.
Para profundizar en la relación de los Chiujs con Marruecos a través de la “Bayia” recomiendo la lectura del pedagógico artículo de Ouarzazi Abdel-Wahed, Profesor de economía-Análista geoeconómico y geopolítico (https://marruecom.com/2021/03/18/la-bayia-simbolo-de-fidelidad-al-sultan/)
No profundizaré por tanto en la abrumadora documentación histórica sobre la relación entre saharauis y Marruecos, sólo me permitiré hacer referencia a la más cercana. El 25 de febrero de 1958, sólo dos años después de la independencia (1956), con el Sahara Occidental todavía bajo administración española, el rey Mohamed V pronunció en M’Hamid El Guizlaine su discurso reivindicativo afirmando que “Proseguiremos nuestro trabajo con todo nuestro esfuerzo para recuperar el Sahara y todo aquello que pertenezca al Reino”. Acto que terminó con la reafirmación de Bayia ante Mohammed V, con lo que de autodeterminación que dicho acto supone.
Cualquier movimiento que vaya en la dirección contraria a esta marroquinidad de los saharauis y del Sahara, va en dirección contraria a los mutuos intereses históricos saharais-marroquí, y la libre voluntad expresada a través de la Bayia. Podemos afirmar que, dicho acto del 25 de febrero de 1958 supone el verdadero referendo de autodeterminación por la ley natural, por encima de cualquier otra ley impuesta por potencias coloniales. Intentar separar la realidad de los saharauis marroquíes, es como separar a un padre de su hijo por leyes antinaturales.
La nefasta descolonización del Sahara por parte de las potencias coloniales, sin tener en cuenta los verdaderos intereses saharauis y de marroquíes, sin respetar las leyes naturales, ni la Bayia de 1958, es el claro ejemplo del despotismo colonial. La única descolonización posible era la de la devolución a Marruecos la soberanía sobre el Sahara. Restaurar la situación de unidad saharaui marroquí, solo interrumpida por la colonización española durante 91 años (1884-1975) en Wad Eddahab o Río de Oro y la de Sakia al Hamra (región de El Aiún) durante 71 años (1904-1975).
Para colmo, y para salvar la moral colonial, metemos en medio del conflicto a las Naciones Unidas, siempre al servicio de los poderosos que la mantienen y dicta normas de descolonización contraria, otra vez más, en contra de los saharauis-marroquíes ha favor de intereses foráneos, exigiendo un referendo, a sabiendas que la propia organización natural de las tribus lo hacía inviable, y pasando por encima la Bayia de 1958, con lo que se produce un conflicto del todo artificial que nunca se debió producir.
Desde 1975 ha sido todo un sinsentido de violencia, separación de familias, enfrentamientos y sufrimientos para el pueblo sarahaui-marroquí en base a la artificial creación de la llamada Republica Árabe Saharaui Democrática RASD, y el Frente Polisario, en el intento de darle legalidad al territorio ocupado por España en contra de los intereses de Marruecos. De aquella decisión lo único que se ha conseguido son más de 40 años de sufrimiento y muertos.
Error histórico que muchos países comienzan a reconocer. Día a día son más gobiernos de todo el mundo que reconocen la soberanía marroquí sobre el Sahara en base a una amplia autonomía. Lo que es lo mismo, reconocer y respetar los acuerdos históricos entre saharauis y marroquíes mediante la Bayia como única vía lógica, natural y permanente posible, ya que devuelve al territorio, lo que nunca se debió colonizar.
España sigue ciega ante esta realidad, sin apostar por devolver a lo que ocupó. Se resiste a reconocer una realidad más que aplastante, que ya comienza a perjudicar las relaciones hispano-marroquíes de forma grave. España está perdiendo una oportunidad histórica única de afianzar para siempre las relaciones. España debe saber que el Sahara es irrenunciable para Marruecos. Esto es una realidad que aún no tiene, o no quiere tener España. En vez de estar en contra de los intereses saharauis-marroquíes negando la soberanía del Reino de Marruecos en el Sahara, debiera haber sido la primera en reconocerla ya en 1975, pero no miremos atrás.
Es hoy cuando debe hacer el gesto de reconocer la soberanía y ponerse a la cabeza de la lucha por el pleno reconocimiento de la soberanía marroquí ante el mundo, pero de forma específica en Iberoamérica y Europa. Convertirse en el mejor embajador de Marruecos y los intereses marroquíes en el mundo como países hermanos que somos.
“Y así el que es hábil origina lo extraordinario (Sun Tzu)” España debe sacar lo mejor de ella misma. Poner el genio ibérico, la habilidad histórica en la creatividad, en la originalidad de sus gentes, y hacer de dicha habilidad de lo original algo extraordinario. Reconocer el error cometido con Marruecos y e Sahara, y hacer de dicho error algo extraordinario que convierta las relaciones entre España y Marruecos en países potentes, capaces de iluminar de nuevo a Europa con su genio, y motor de desarrollo económico y de paz en todo el Mediterráneo.
Pedro I. Altamirano @altamiranoMLG