La destitución de Arancha González Laya, una oportunidad para reconducir la crisis con el Reino de Marruecos
RPRESS Pedro I. Altamirano. Málaga, 11 junio 2021.- El presidente del actual gobierno de España ha realizado una profunda reestructuración de su equipo, pero hay que tener cuidado, pues ha sido un cambio en el PSOE, no en el gobierno, puesto que todos los Ministros de Podemos siguen intactos. Tendremos que esperar para valorar los cambios en la acción del nuevo gabinete de Pedro Sánchez.
Por ello, aunque la destitución de Arancha González Laya, pueda ser interpretada como un guiño hacia Rabat, habrá que esperar acontecimientos, ya que el fondo del problema, no ha sido la pésima gestión de Laya en exteriores, quizás la más nefasta desde el 78, sino la influencia de Podemos en la acción de gobierno. No hay que olvidar la enemistad visceral que se ejerce contra el Reino de Marruecos en las filas podemitas, sin duda teledirigida desde los regímenes totalitarios de Argelia o Venezuela, y por tanto la influencia, dentro del gobierno con respecto al Sahara o el Frente Polisario.
Si el nuevo Ministro de Exteriores Sr. José Manuel Albares, realiza su primer viaje a Rabat para reunirse con Nasser Bourita, Ministro de Exteriores de Marruecos, y retomar las normales relaciones hispano-marroquíes, será, entonces sí, una buena señal en esta dirección. Si por el contrario, sigue ignorando a Marruecos influenciado las directrices podemitas, de nada habrá servido el cambio en el ejecutivo español. Solo habrá sido un cambio cosmético, más que un viraje en la política exterior de España.
España tiene una nueva oportunidad histórica para, de una vez por todas, abrir una mesa de diálogo sobre todos los asuntos bilaterales pendientes, como la soberanía del Sahara, islotes, Ceuta y Melilla. Asuntos que no por no tratarlos de forma directa, se van a resolver solos. Hay que coger el toro de los cuernos, lejos de pensamientos colonialistas y supremacistas.
Mientras la política centralista del actual estado españolista, que bien podemos tachar de ultra-nacionalismo español, no se podrá comenzar solucionar el problema africano con normalidad. No sólo con respecto al Reino de Marruecos, sino con la propia España. El problema con el que el españolismo ve a Ceuta y Melilla, es exacto al prisma con el que ve a Catalunya, Euskadi o Andalucía. Colonialismo en estado puro.
Por tanto hora es ya, que se aborden los problemas territoriales del actual Estado español de una vez por todas. Solucionar el grave problema geopolítico con respecto a las naciones que integran la península ibérica, del mismo modo que buscar una alternativa real, progresista y de futuro con los islotes, Sahara, Ceuta y Melilla.
Si esto se logra, el futuro político, social, económico y democrático de España como Estado moderno y su credibilidad internacional, será la puerta para la solución de problemas enquistados desde hace siglos, y España podrá volver a ocupar su lugar entre las naciones libres y democráticas. Si por el contrario, sigue encerrada en sí misma, en un imperio que no existe y el pensamiento del “una, grande y libre” quedará relegada al rincón de la historia.
@altamiranoMLG