Hay que terminar con las zonas grises con respecto al Sáhara marroquí

El desarrollo económico, social, democrático y económico del Reino de Marruecos, no puede seguir pendiente de la indefinición de muchos agentes con la soberanía sobre las provincias del sur. Con Marruecos se está o no se está.

RPRESS Pedro I. Altamirano. Málaga, 27 septiembre 2022.- El Reino de Marruecos es uno de los Estados constituidos más antiguos de occidente, tal y como lo demuestra la continuidad de sus dinastías e integridad territorial. Unidad territorial solo interrumpida por la ilegal colonización europea de África que dividió Marruecos a capricho y beneficio de las potencias colonizadoras, en el caso marroquí, de Francia y España. Ya es hora de que la comunidad internacional, incluida la ONU pida disculpas al Reino de Marruecos y devuelva la integridad nacional, comenzando por el reconocimiento definitivo de la soberanía sobre el Sáhara marroquí.

Hay quienes aún no tienen claro este concepto: El Sáhara fue, es y será siempre parte de la integridad territorial del Reino. Quién dude de esta verdad, es que, o bien no se ha ocupado en conocer la historia, o bien tiene intereses en que continue un conflicto artificial del que viven muchos. Esta indefinición, estas zonas grises con respeto a las provincias del sur no puede continuar siendo usado como fondo de comercio. Tal como SM Mohammed VI dejó más que claro, con Marruecos se está o no se está, y ha llegado el momento de decidir en qué lugar se está.

Hay que entender, y parece mentira que aún haya agentes que no conozcan que el “pueblo saharaui” no existe y por tanto no puede arrogarse ninguna representación más allá de la suya propia, o como máximo de una tribu, la suya, pero nada más. No existe el pueblo saharaui, existe tribus autóctonas saharauis, y solo ellas se representan a sí mismas. Nadie, ni la banda armada del Polisario, ni la ilegal RASD, ni ningún otro agente, puede arrogarse ninguna representación. Este es un concepto claro e indiscutible.

Del mismo modo es indiscutible que el único órgano de representación de las tribus es su asamblea o Djema’a en la que deciden los destinos de la tribu. Con este concepto claro, podemos por tanto aclarar que, de forma histórica, la Djema’a han ido decidiendo prestar declaración de lealtad o B’aya a los Sultanes y Reyes de Marruecos desde que se tiene memoria. Hay que recordar el 25 de febrero de 1958 cuando se renueva el juramento de lealtad de las tribus autóctonas saharauis marroquíes a SM Mohammed V, y la participación en la defensa de la unidad territorial en la operación Ecouvillón. Operación en la que no hubo tribu que no dejara vidas en los campos de batalla.

Pero voy de forma más reciente, ya que de modo anual se renueva la lealtad de las tribus autóctonas al Reino de Marruecos, y más reciente aún al dejarlo más que claro, al ser las provincias del sur las que más alto índice de participación tuvieron en las últimas elecciones democráticas legislativas marroquíes, en las que repito, fueron las provincias del sur la que más participaron, cuando bien podrían no haber participado, lo que deja bien a las claras, la integración total y absoluta de las tribus indígenas en la vida política del Reino.

Hay que recordar que la OIT en su carta de derechos de tribus indígenas en países independientes reconoce en derecho a la autodeterminación de las tribus, sí, pero del modo que decidan las tribus siguiendo sus tradiciones, en el caso de las saharauis, a través de la Djema’a y la B’aya, por lo que se convierte en un verdadero y legal acto de autodeterminación, que no puede ser puesto en duda por ningún otro condicionamiento jurídico.

Cierto es que falta aún el desarrollo pleno de la autonomía de las provincias del sur, pero este no debe ser un problema llevado al ámbito internacional donde lo único que se consigue es su paralización, sino un desarrollo que debe ser debatido en al ámbito parlamentario y jurídico marroquí, entre marroquíes, donde nadie más tiene derecho a decidir.

No se pude por tanto, seguir dando, ni por un día más, ningún tipo de legalidad a un conflicto creado de forma artificial desde el comunismo más radical de la ex URSS y el panarabismo inducido, contra el Reino de Marruecos y su integridad territorial. Conflicto artificial que, de forma interesada fue apoyada por los intereses soviéticos y sus países satélites en todo el mundo, de forma especial en los países africanos en la ONU y la Unión Africana. Dar espacio al conflicto artificial, a la ilegal RASD y a la banda armada del Polisario, es dar espacio a una ilegalidad injusta, a la historia y a una banda armada que ha asesinado a marroquíes y españoles.

Dar espacio político al Polisario, es dar espacio al terrorismo. Lo único que hay de negociar con el Polisario es el lugar, día y hora donde entregan las armas y la puesta en libertad de las personas que mantienen secuestradas en los campos de concentración en Argelia. Nada más. En España al terrorismo de ETA se le derrotó desde la unidad del pueblo, la acción policial y judicial. Hay que recordar que, a pesar de la entrega de las armas, los terroristas de la banda que cometieron delitos de sangre aún continúan cumpliendo sus condenas en las cárceles españolas. No hubo perdón.

El desarrollo económico, político, democrático y social del Reino de Marruecos en su integridad, de forma especial en la provincias del sur, no puede estar a socaire y capricho de una banda armada y de aquellos que le dan espacio. Se deben dejar, de una vez por todas, las zonas grises. Es el momento, y repito, de saber dónde se está, si con la unidad territorial indiscutible del Reino de Marruecos o con la banda armada. No vale refugiarse en las zonas grises creadas a partir de los 70 por los enemigos de Marruecos.

 

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