Francia abandona el Sahel
La mentalidad colonial de Francia en el Sahel la ha arrastrado al fracaso absoluto
RPRESS Pedro Ignacio Altamirano. Málaga, 30 enero 2023.- Francia, coincidiendo con la retirada de Estados Unidos de Afganistán, después de casi veinte años de guerra, concretó su repliegue militar parcial del Sahel, donde mantenía una presencia desde hace más de ocho años. Ambas situaciones tienen muchos paralelismos. Muestran la incapacidad occidental para estabilizar países y regiones atrapadas por el islamismo radical, las luchas tribales, la corrupción y el subdesarrollo.
El presidente Emmanuel Macron anunció, tras una reunión –en su mayor parte virtual– con sus homólogos del G-5 Sahel (Níger, Chad, Mali, Burkina Faso y Mauritania) que Francia comenzaría “en las próximas semanas” la retirada, con el cierre total, de aquí hasta comienzos del 2022, de las bases francesas de Kidal, Tessalit y Tumbuctú, en el norte de Mali. Acompañaba a Macron el nuevo presidente de Níger, Mohamed Bazoum, el único que estaba presente físicamente en París.
Macron evitó dar la impresión de que Francia abandona el Sahel a su suerte. El fin de la actual operación Barjan, iniciada durante la presidencia de François Hollande, no significa el final del compromiso francés, aunque los actuales 5.100 soldados desplegados se reducirán a un máximo de 3.000.
El presidente nunca habló de retirada. Usó el eufemismo de “reconfiguración de la presencia” y “mantenimiento de nuestro compromiso”. Sin embargo, advirtió: “Francia no tiene la vocación, y menos todavía la voluntad, de estar implicada eternamente en el Sahel”.
Francia pide ayuda en el Sahel
Emmanuel Macron, aspiraba a que los aliados europeos de Francia arrimaran más el hombro en una guerra contra el yihadismo en el Sahel que Francia emprendió en 2013 y que se le hace cuesta arriba.
En público Macron solo instó explícitamente a Alemania a prestarle más apoyo, pero con discreción hace ya más de un año –las demandas se reiteraron con motivo de la llegada al Eliseo del nuevo presidente- que París trataba que España se involucre más directamente en lucha contra los grupos terroristas que operan en el norte de Malí.
El Estado Mayor de los Ejércitos francés mostró su deseo de que España intalata una base operativa de helicópteros en Gao que servirían para transportar a las tropas de la operación militar Barkhane en la que participaban unos 4.000 soldados franceses. Situada en el norte de Malí, Gao es una ciudad azotada con frecuencia por el terrorismo. “Ir allí es bajar al ruedo de la lucha antiyihadista”, aseveraba un oficial del Ejército español.
España no sólo acudía a la llamada francesa, sino que, en poco tiempo incrementaba su presencia. Del tal modo que la ministra de Defensa francesa, Florence Parly, se felicitó de la «decisión tomada por el Gobierno español de reforzar de modo significativo su participación» en la misión de la UE en Mali para formar a los militares del país africano.
Poco después del refuerzo español en el Sahel, Francia comenzaba a recular en el área. Así, Francia comenzaba su retirada, aunque París intentaba quitar importancia pero la realidad era que Nueve años, siete meses y cuatro días después de que el primer militar francés posara su bota en suelo maliense, la aventura apodada como “el Afganistán francés” llagaba a su fin después de que el último militar galo haya levantado su bota del ardiente suelo para… ¿no volver más?
Nueve años, siete meses y cuatro días que solo en los primeros seis meses tuvieron un coste medio de 400.000 euros diarios para la administración francesa, y que desde entonces hasta 2020 supusieron un gasto aproximado de 800 millones de euros anuales. Millón arriba, millón abajo, la misión en Mali que desde París se niegan a calificar como “fallida” ha supuesto un gasto total de entre siete y ocho mil millones de euros.
Pero la verdad es que, en ningún caso podría decirse que la situación en los países que conforman el Sahel occidental fuera envidiable cuando Francia puso la zona en su punto de mira, pero tampoco puede decirse que lo haya dejado en mejores condiciones tras décadas de intervencionismo político, económico y militar.
Ni durante su colonización, ni luego con su independencia, ninguno de ellos ha logrado alcanzar niveles de bienestar y seguridad aceptables para la mayoría de sus poblaciones y, más allá de la responsabilidad que recae en las espaldas de sus propios gobernantes, también París y el resto de la metrópolis europeas colonizadoras, figura como uno de los principales responsables de esa dura realidad.
Pero la salida de Mali era solo el principio del fin. Un fin que ha terminado con la expulsión de las tropas francesas de Burkina Faso incapaz de ayudar de forma correcta en los conflictos del Sahel. Burkina Faso sigue los pasos de Mali y ha pedido a Francia que retire sus tropas del país.
París, sin mayor opción, ha tenido que acceder a las exigencias de las autoridades burkinesas.
El Sahel se ha visto sacudido por un auge del yihadismo durante los últimos años. Estos países, incapaces de acabar con los extremistas, pidieron ayuda internacional.
Francia, como parte de una coalición con los países aliados locales de la región africana del Sahel, pasó a formar parte de una operación militar bautizada como Barkhane, que finalizó en noviembre del pasado año.
Las autoridades burkinesas han dado a París un plazo de un mes para que retire a todas sus tropas del país. Esta decisión viene motivada en gran medida por las continuas manifestaciones de la población contra la presencia de Francia.
Francia es reemplazada por Rusia
Deterioradas las relaciones con Francia, el gobierno de Malí estrecha los lazos con Rusia, que tiene desplegados en el país a unos 1.000 mercenarios de la empresa Wagner. En una alianza de conveniencia, Malí busca en Rusia la protección militar que ha perdido tras la retirada de las tropas francesas del dispositivo Barkhane y las misiones de apoyo europeas.
Rusia tiene en Malí y República Centroafricana dos peones avanzados de su política de regreso a África. Malí le abre las puertas del Sahel, una franja de vital importancia para los intereses europeos, mientras que República Centroafricana, también en guerra, tiene frontera con seis países de gran valor estratégico: Camerún, Chad, Sudán, Sudán del Sur, Congo y República Democrática del Congo.
Para terminar de implantar en el Sahel la influencia Rusia, el fracaso Francés ha arrojado a Burkina Faso en los brazos de Rusia. De ese modo, Rusia ha consolidado su influencia en el Sahel a través de las acciones del Grupo Wagner. De hecho, existe un vídeo que se está haciendo muy popular entre estos países, en el que se representa a los soldados franceses como zombis o serpientes, mientras que los soldados del Grupo Wagner se muestran como héroes que ayudan a los soldados de Malí y Burkina Faso a pelear contra ellos.
La situación española tras la retirada de Francia
Las misiones militares en las que España participa en la zona del Sahel se encuentran en el aire tras la decisión de Francia y sus aliados de retirar sus tropas de las operaciones contra el terrorismo en las que participan en Mali, tras una serie de choques con la junta militar maliense.
Las misiones de España en el Sahel, en el aire tras la decisión de Francia de retirada de Mali.
España es la principal contribuyente a la misión de la Unión Europea EUTM Mali, con más de 500 efectivos desplegados en el país en una misión de entrenamiento y adiestramiento a las fuerzas de seguridad locales. Pero además, las Fuerzas Armadas cuentan con un destacamento de unos 70 efectivos desplegado en Senegal para dar apoyo aéreo a las diversas misiones de lucha contra el terrorismo en el Sahel.
España está interesada en estabilizar Mali, precisamente con el fin de que no se convierta en un estado fallido. Y por eso mantiene allí una misión militar, dedicada sobre todo a entrenar a las fuerzas armadas malienses.
En junio se completó el relevo del contingente español desplegado en el país, con la llegada de los integrantes de la Unidad de Helicópteros, personal de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) cuya misión principal es de transporte intrateatro para la misión de la Unión Europea (EUTM) en Mali, tanto de personal como de material.
España, a la vista de los que está sucediendo en el Sahel tras el abandono de Francia, llamó la atención en la última cumbre de la OTAN en Madrid, la importancia de reforzar el Flanco sur.
La insistencia de España para que la OTAN mire con más determinación al Sur de Europa no ha tenido por ahora demasiado éxito. Ese interés español tiene que ver con la convicción de que en el Norte de África y en el territorio inferior, el Sahel, puede estar en grave riesgo la seguridad del país, y de rebote la de la propia UE.
España sigue interesada en mantenerse en el país a pesar de las dificultades, precisamente por la voluntad de evitar una desestabilización total. Pero ¿puede España sustituir, y con éxito, a Francia en el Sahel?
Cumbre España – Marruecos con el Sahel de fondo.
En la cumbre hispano marroquí de febrero, el problema del Sahel debe tenerse en cuenta ya que la responsabilidad hispano-marroquí-Estados Unidos-OTAN es determinante para el presente y futuro de la estabilización del área, más tras el abandono de Francia.
Una responsabilidad que ya España llamó la atención a la OTAN en Madrid, y que debiera ser debatida en Rabat para poner las bases de una intensa colaboración en el campo militar. Siempre he mantenido y mantengo, la importancia vital de la incorporación del Reino de Marruecos en la OTAN. No es fácil ni rápido, pero una buena medida inmediata sería la participación activa de España en las importantes maniobras “African Lion 2023”, y si no fuese posible por motivos logísticos, sin duda deberían participar en la edición del 2024.
El abandono de Francia del Sahel debe ser resuelto de forma inmediata, si no se quiere dejar en manos de Rusia el Sahel. Es por ello la importancia de la colaboración hispano marroquí en este asunto, y contar con el apoyo de la OTAN.