El hundimiento
La banda armada del Polisario comienza a parecerse a esa banda de música que tocaba mientras se hundía el Titanic
RPRESS Pedro I. Altamirano. 12 de mayo 2022.- No me voy a referir a la famosa película del trágico hundimiento de Titánic, sino a “Der Untergang” “El hundimiento” del director Oliver Hirschbiegel rodada en el 2004, en la que se relata las horas finales de Adolf Hitler, ya demente y rodeado por sus más sanguinarios seguidores, tan cobardes, que son incapaces de enfrentarse al líder y huir paralizados por el miedo.
Una de las causas de la parálisis de las personas es la falta de capacidad para entender que ha llegado el final, que no hay más camino que aceptar la derrota, siempre hago referencia a la frase del Mariscal Karl von Clausewitz cuando nos pregunta si hay algo peor que la guerra, a lo que nos contesta que sí: Perderla. A ello añado a nivel personal, hay algo peor, no saber que se ha perdido.
A los que habéis visto la película a la que hago referencia, cambiad a Adolf Hitler por alías Brahim Ghali, líder de la banda armada Frente Polisario, brazo armado del régimen argelino contra el Reino de Marruecos, comprenderéis a la perfección la situación actual de la banda armada, y la decadencia argelina.
El primer golpe definitivo la dio Donald Trump al reconocer que la única solución posible para el Sáhara era la que propuso el Reino de Marruecos en 2007, en base a la autonomía, que además, se acoge a lo establecido en el Convenio de la OIT sobre los derechos de las tribus indígenas en países independientes. Desde entonces ha sido un verdadero rosario sin fin de reconocimientos de la solución autonómica por parte de países de la importancia de Israel o Alemania, pero fue España quién dio el golpe de gracia, al que ya se suman en cascada el resto de los países democráticos de todo el mundo, entre los que hay que resaltar en los últimos días a Holanda, Serbia, Chipre… ante la incapacidad más que manifiesta de la banda armada.
Volviendo al hundimiento, el de la banda armada no será tan romántico y valiente como el de la banda de música del Titanic, o con los pies en el suelo real de la banda terrorista ETA que comprendió que había llegado el final de camino, abandonó la lucha armada y se integró a la política activa democrática, camino que debiera haber seguido el Polisario, pero es imposible ya que, mientras ETA era independiente, el Polisario no lo es.
El Polisario se encuentra en el Bunker a la espera del final, con la diferencia que el Bunker no es suyo, sino de Argelia que lo tiene allí encerrado y han tirado la llave al mar. El final de Polisario es la autodestrucción y quemar los restos. No tienen otra alternativa. Sólo hay que esperar que en ese imparable hundimiento no use, tal como hace ahora, a los niños del mismo modo que lo hizo Adolf Hitler, que estaba dando besos y cruces de hierros a los niños que defendía el Bunker mientras se hundía.