Argelia hace oídos sordos a los llamamientos a parar el adoctrinamiento militar de niños en su territorio
Argelia, país anfitrión de los campamentos de Tinduf, sigue haciendo oídos sordos a los llamamientos de la comunidad internacional para que se ponga fin al adoctrinamiento de los niños por parte de las milicias separatistas armadas del "polisario", subrayó el jueves en Nueva York, Giulia Pace, miembro de la ONG "IL CENACOLO".
RPRESS Nueva York (Naciones Unidas) 7 octubre 2022.- El adoctrinamiento y el reclutamiento de niños por parte de las milicias armadas del «polisario» constituyen un crimen contra la humanidad y una negación de los derechos fundamentales de los niños reclutados, así como una violación flagrante de las resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad en la materia», subrayó Pace ante la 4ª Comisión de la Asamblea General de la ONU.
El grupo separatista armado está realizando de forma obstinada un proceso premeditado de reclutamiento de niños, apartándolos por la fuerza de sus familias y comunidades, y privándolos de su infancia, educación, atención sanitaria y de la oportunidad de crecer en un entorno seguro y solidario», alertó Pace.
Además, señaló que los campamentos de Tinduf, en el suroeste de Argelia, son el «epicentro» de los niños soldados, constituyendo una de las mayores concentraciones de reclutamiento militar de niños en África, y señaló que el país anfitrión y el «polisario» son culpables de crímenes de guerra y contra la humanidad. En este contexto, citó un reciente informe del Parlamento Europeo según el cual los niños de 12 a 13 años son sometidos a entrenamiento militar en los campamentos de Tinduf.
En este sentido, denunció el silencio cómplice de Argelia ante el reclutamiento de niños que se perpetúa en su territorio desde hace décadas, en flagrante violación de sus obligaciones internacionales, al tiempo que pidió a la comunidad internacional que ponga en marcha mecanismos e instrumentos de protección de los niños saharauis contra toda forma de abuso, explotación, violencia y crimen organizado en los campamentos de Tinduf.
La activista concluyó que «El país anfitrión, que busca la negación delegando sus poderes al «polisario», debe asumir la plenitud de sus responsabilidades internacionales, especialmente en términos de seguridad y protección de los niños que viven en su territorio.