Pedro Sánchez certifica ante SM Mohammed VI el apoyo español a la soberanía marroquí sobre sus provincias del sur
Después de meses de desencuentro bilateral a causa del grave error del gobierno español, a recibir de forma irregular al líder de la banda armada Frente Polisario el presunto genocida y violador, alías Brahim Ghali, las relaciones bilaterales comienzan a retomar la normalidad institucional.
RPRESS Pedro I. Altamirano. Málaga, 8 de abril 2022.- La visita del presidente del gobierno del actual gobierno de España Pedro Sánchez al Reino de Marruecos, donde fue recibido al máximo nivel, consigue recuperar las normales relaciones bilaterales hispano marroquíes, tras el grave error conocido como caso “Ghali” que se investiga por parte de la justicia española, y que ya causo un cambio sustancial en el gobierno.
Como bien recordamos, la entrada más que irregular de líder de la banda armada Frente Polisario el presunto genocida y violador, alías Brahim Ghali, en España para recibir una supuesta “ayuda humanitaria” para curarlo del Covid, mientras que en los campos de Tinduf no se podía vacunar a nadie por falta de medios, causo una de las más graves crisis entre España y Marruecos desde el incidente del islote “Perejil”.
El caso “Ghali” ya produjo un importante cambio de gobierno con la destitución de la ex ministra González Laya, y varios ministros más, al margen de la salida del vicepresidente Pablo Iglesias entre otros más. Un cambio de gobierno que trajo un nuevo “estilo” en la política exterior con la llegada del actual ministro de asuntos exteriores José Manuel Albares, gran conocedor de Marruecos. Desde el mismo momento de su llegada al Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos exteriores, se puso mano a la obra para intentar recuperar la normalidad institucional entre ambos países.
El Reino de Marruecos, a través de SM Mohammed VI lo dejó muy claro: o se está con Marruecos en el Sáhara marroquí, o no se está. No es posible hacer negocios o compartir diplomacia cercana con el Reino, y por otro lado mantener una posición hostil contra los intereses marroquíes. Un mensaje claro que se escuchó con claridad en Madrid, que sin duda, y a la vista está tomo buena nota. Por tanto se tomó muy en serio el reflexionar sobre la postura española sobre el Sáhara marroquí.
España decide, de forma inteligente seguir los pasos de los Estados Unidos, Israel o Alemania entre otros, dejar al margen la política del inmovilismo impuesto por el Polisario y Argelia a las Naciones Unidas, y hacer lo que debe hacer la política moderna y efectiva conocida como Realpolitik, o lo que es lo mismo, hacer política realista y efectiva, política para solucionar problemas. España volvía a hacer política de alturas y de Estado, por mucho que protesten en el Congreso de los Diputados aquellos que defienden a los terroristas que causaron centenares de trabajadores españoles como los acuso el Frente Polisario. Pero la Constitución Española es clara en este sentido: la política exterior corresponde al gobierno, y como gobierno ha ejercido la política exterior que le corresponde.
Esta decisión con respecto al Sáhara marroquí alinea a España en el lugar correcto de la historia, junto a la OTAN, los Estados Unidos y la Unión Europea, y se posiciona en el lugar que le corresponde en el nuevo orden mundial que saldrá sin duda, tras la importante cumbre de la OTAN de junio que se celebra, no hay que olvidarlo en Madrid, de la que sin duda, el presidente español saldrá reforzado a nivel internacional. España no podía presentarse en la cumbre de la OTAN con un problema colonial sin resolver hacia el lado correcto.
La realidad es que España ha reconocido la soberanía de Marruecos sobre sus provincias del sur bajo una amplia autonomía sin pedir nada a cambio, ya que lo acordado con el Reino de Marruecos no es otra cosa que recuperar el mismo nivel de colaboración que teníamos antes del caso “Ghali”, pero sí es verdad que es, debe ser, un nuevo punto de partida desde el que seguir trabajando juntos para conseguir más altas cotas de colaboración. Un punto de partida en la que no solo están implicadas las administraciones, sino que debe servir para que la sociedad civil hispano marroquí de un paso al frente, y asuma su responsabilidad como sociedad moderna capaz de empujar la acción de gobierno de ambos países.
Un momento muy importante para España y Marruecos que, tras recuperar las normales relaciones bilaterales, debe fijar para siempre el nivel de colaboración entre dos países hermanos que compartimos miles de años de historia y cultura. Ello debe ser el pilar donde basar nuestras relaciones: en la amistad, colaboración y confianza mutua.