Roma no paga a traidores: el Gobierno militar argelino deja tirado sin gas a su socio ideológico Pedro Sánchez en pleno conflicto con Rusia
RPRESS Pedro I. Altamirano. Málaga, 25 enero 2022.- “Roma traditoribus non praemiat”, que hoy día se usa como advertencia a quien pueda albergar intenciones de cometer una traición de que no va a obtener recompensa por ello, proviene de una tradición popular de origen incierto. Según ésta, la pronunció el procónsul Quinto Servilio Cepión en el año 139 a.C. cuando tres hispanos –Audax, Ditalcos y Minuros– intentaron cobrar la recompensa que el romano les había prometido si asesinaban a su jefe, el caudillo lusitano Viriato.
No creo que ningún analista político o periodista con un mínimo de independencia, se atreva a cuestionar la sumisión del actual gobierno del PSOE-Podemos al régimen militar totalitario argelino. El llamado caso “Ghali” por el que se permitió la entrada en España del “presunto” genocida y líder de la banda armada Frente Polisario de forma más que irregular, asunto que se investiga en un juzgado de Logroño, no es más que la punta de un profundo Iceberg.
Desde la llegada de Pedro Sanchez ya se apreció la enemistad del nuevo gobierno de España hacia el Reino de Marruecos, al incumplir con la tradición de que la primera visita de un Presidente español sea visitar al vecino del sur en muestra de amistad, cooperación y solidaridad. Poco a poco se fue evidenciando el alejamiento de Gobierno español de la tradicional amistad con Marruecos, hasta llegar al verdadero desastre diplomático que supuso el caso “Ghali” que aún continúa.
La España de Pedro Sánchez ha permanecido al margen de los avances en cuanto al reconocimiento de la soberanía del Reino de Marruecos sobre el Sahara Marroquí, por mucho que tanto los Estado Unidos como los países occidentales, entre ellos Alemania de forma reciente, haya ya apostado por la solución autonómica. Pedro Sánchez por el contrario, continuó mostrando su apoyo a las tesis argelinas y del Frente Polisario, a la espera de beneficios entorno al gas argelino.
Así lo evidenció cuando Argelia cortó el gas hacia España por la infraestructura gasística que discurre por el territorio marroquí, y comenzó a utilizar de forma exclusiva el gasoducto que llega a España directo desde la costa argelina a la almeriense. Pedro Sanchez presumió de haber conseguido todas las garantías de suministro de gas por parte de Argelia, y como un verdadero éxito lo vendió a la opinión pública española. España no tendría problemas alguno de suministro de gas argelino. Lo que no sabía Pedro Sánchez, es que el actual Gobierno de Argelia es de menos fiar que él mismo, y así se acaba de evidenciar.
Hace unos días, el único oleoducto aún operativo de Argelia registró un caudal reducido durante nada menos que 36 horas seguidas en plena ola de frío, por tal como afirma por la operadora de gas española Enagás, en una nota de prensa en la que indica que, la falta de suministros, son debida a «restricciones del lado argelino».
España no ha recibido todo el suministro esperado este invierno, tal como garantizaba, una y otra vez, los responsables económicos y diplomáticos españoles, ya que caudal que transporta Medgaz, el único que sigue en servicio desde Argelia, sufrió algunos contratiempos a finales de año que provocaron reducciones de las importaciones de hasta un 14,5%, como publica el informativo “Economía Digital.
Cabe recordar que Argelia viene realizando, desde finales de octubre de 2021, un auténtico chantaje del gas contra Europa en el contexto crítico de alza de los precios de la energía y en plena temporada de invierno. Chantaje del que España no se libra, por mucha sumisión que haya demostrado Sánchez ante las autoridades militares argelinas.
Lo más esperpéntico de la situación es que, tal como muchos observadores creen, se trata de otra vil maniobra de intimidación por parte del régimen argelino destinada a disuadir a los países europeos de sumarse a la dinámica positiva que vive la cuestión del Sáhara marroquí, reforzada por el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre sus territorios saharauis.
Pedro Sánchez traicionó la tradicional amistad con Marruecos, para ponerse al servicio de Argelia, y de la banda armada del Polisario, a cambio de unas migajas de gas sobrante. Pero tal como ya se hacía en Roma, Argelia no ha pagado a traidores, ya que quién es capaz de traicionar a su propio pueblo, tal como hizo Sánchez al día siguiente de las elecciones legislativas para llegar al poder, y a un país vecino y colaborador histórico como Marruecos, es capaz de traicionar del mismo modo a Argelia. Pedro Sánchez no es de fiar, y Argelia, no paga traidores.