El presidente de Burkina Faso destituye al primer ministro y su Gobierno

RPRESS  Uagadugú, 8 diciembre 2021 (EFE).- El presidente de Burkina Faso, Roch Marc Christian Kaboré, destituyó hoy a su primer ministro, Christophe Joseph Marie Dabire, y al resto de su Gobierno después de que Dabire presentara su dimisión en una carta enviada al jefe del Estado.

«Las funciones del primer ministro señor Christophe Joseph Marie Dabire han terminado», afirmó Kaboré en un decreto publicado a última hora de este miércoles.

El presidente señaló que, de acuerdo con la Constitución, «los miembros del Gobierno saliente se encargarán de las actividades diarias de los departamentos gubernamentales hasta que se forma un nuevo Gobierno».

Dabire, que ejercía la jefatura del Ejecutivo desde enero de 2019, agradeció a Kaboré la «confianza depositada» en él para asumir las «altas responsabilidades» de su cargo, tras hacerse pública su dimisión.

«En un contexto de fuertes aspiraciones populares, invito al conjunto de Burkina Faso a movilizarse, a apoyar al presidente de Faso y al nuevo Ejecutivo que se establecerá», subrayó el ya exmandatario.

La renuncia de Dabire y el cese de su Gobierno se anuncian después de que el pasado 25 de noviembre el jefe del Estado prometiera cambios en el Ejecutivo y el Ejército para rebajar la tensión social, después de que 53 personas murieran en un ataque terrorista el día 14 de ese mes.

«Debemos poner fin a las inaceptables disfunciones que minan la moral de nuestras tropas combatientes y obstaculizan su eficacia en la lucha contra los grupos terroristas armados», declaró Kaboré entonces en un discurso dirigido a la nación.

El presidente enfatizó en su alocución que las circunstancias actuales obligaban «a formar un equipo más unido y cohesionado para mantenernos en la senda del crecimiento económico y la lucha permanente contra el terrorismo».

Pese a que Burkina Faso sufre la violencia yihadista desde 2015, el ataque a un puesto de la Gendarmería en el norte del país el 14 de noviembre, que causó 53 muertos, y al que siguieron después dos ataques con 22 muertos (10 civiles, 9 gendarmes y 3 militares) en el centro-norte y noroeste), ha generado un gran descontento social.

Esa indignación provocó protestas para exigir la dimisión del presidente burkinés.

En ese contexto y aludiendo a la «defensa nacional» y «la seguridad pública», el Gobierno de Burkina Faso llegó a suspender a finales de noviembre la conexión de internet móvil.

Los ataques yihadistas en Burkina Faso suelen atribuirse a grupos afiliados tanto a la red terrorista Al Qaeda como a la organización Estado Islámico (EI), especialmente en la región norteña del Sahel, pero también en regiones vecinas y en el este del país desde 2018.

La inseguridad ha ocasionado que el número de desplazados internos ascienda ya a 1,4 millones de personas, según datos del Gobierno burkinés.

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