Brahim Ghali líder del Frente Polisario, puede ser, de forma presunta, el mayor genocida de la historia reciente de la humanidad.
RPRESS Dakhla. Pedro I. Altamirano. 24 septiembre 2021.- Llevo años investigando las atrocidades que comete el Frente Polisario contra su propio pueblo, y lo que es peor, contra todos aquellos que no piensan como ellos. Llevo unos días de reuniones con víctimas directas del Frente Polisario. En cada entrevista aumenta el terror de los relatos. Nunca pensé, después de ver muchos documentales sobre los campos de concentración de la Alemania nazi, que bien avanzado el siglo XXI, pudieran existir unos campos de concentración como los de Tinduf al sur de Argelia, en el que, el terror, fuese aún peor que en los campos de exterminio Nazi.
Cuando aceptamos el compromiso de llevar todas las violaciones de Derechos Humanos ante la Corte Penal Internacional nunca nos imaginamos la profundidad y el horror de los hechos. Siempre supimos de que nos enfrentaríamos a hechos de Lesa Humanidad, pero jamás pensamos que con la que nos íbamos a enfrentar superaría lo inimaginable. Sin duda, superan cualquier pesadilla qué hubiésemos podido imaginar del dolor que, un ser humano puede infringir a otro ser humano. Estas atrocidades superan cualquier otra. Este horror ya no es digno de ser declarado de Lesa Humanidad, ya que los que imponen este calvario, no conocen la humanidad ni pertenecen a ella.
La Corte Penal Internacional se nos queda pequeña para juzgar estos delitos. Son delitos que, además de ser juzgados, y espero que condenados, en la Corte Penal Internacional, son de una magnitud que, los que tenemos algún tipo de creencia religiosa, esperamos que algún día además de ser juzgados en la tierra, sean juzgado allá donde vayan después de muerto. Desde luego, aquellos que han cometido estas atrocidades, sus colaboradores y sus inductores, no son dignos de llevar, ni procesar religión alguna, pues no conozco ninguna religión en la que se hable, no ya de tanta violencia, sino de violencia alguna. Ojalá reciban su castigo tanto en la tierra como en el más allá.
Adolf Hitler, llevaba los disidentes políticos, judíos, gitanos, personas con discapacidad física o intelectual Etcétera, a campos de exterminio donde eran gaseados, y después enterrados en fosas comunes. Pero no tengo evidencia que se cometieron las atrocidades, quizás el Doctor Mengele estuviese a tal bajura, con sarna y falta de humanidad, que se cometieron y se cometen, en los campos de concentración de Tinduf.
Todas las víctimas con las que me reúno coinciden en señalar a una persona: Brahim Gali. Por el debido respeto a la justicia y la Ley, debo anteponer siempre la palabra “presunto”, aunque desde lo más profundo de mi corazón, de mi alma, y de mis sentimientos mas profundos, se me hace muy difícil utilizar, por imperativo legal, la palabra “presunto”. Jamás en mi vida, he visto tantas evidencias y tantos testimonios que señalen a una misma persona. Esto es merecedor de un juicio similar a los juicios de Nürnberg (Núremberg), pues quizás estemos, repito, de forma “presunta”, ante el mayor genocida de la historia reciente de la humanidad.
No puedo imaginar el dolor que debe de sentir un ser humano, cuando te ordenan ir lejos de tu casa de los campamentos a la guerra con una misión y te mantienen allí durante dos años. Cuando regresas a tu casa te encuentras que cualquiera de los dirigentes del Polisario, ha violado a tu mujer, se la ha entregado a otro hombre y has perdido tu casa, a tu mujer e hijos. A ti te encierran en una cárcel hasta que pierda esa memoria, hasta que tu familia se olvide de ti durante años y años de torturas físicas y psicológicas. Muchas ganas de vivir hay que tener para aguantar ese dolor, porque ello a fuerza de ser sincero yo no lo soportaría.
Del mismo modo se me hace muy difícil entender como un joven de 19 años recién llegado de los campamentos de Tinduf, alguien, porque no le gusta su cara, o por cualquier otra cuestión caprichosa, lo acusa de traidor lo lleven a la cárcel para torturarlo de modo inimaginable. Cuando ya la han torturado de forma inhumana, y al borde de la muerte, lo transportan a otra cárcel donde hay tumbas en el suelo. Te atan de pies y manos, te arrojan a la tumba y ahí vives durante cuatro años, haciendo las necesidades físicas encima y comiendo como puedes. Estos hechos superan la maldad, que solo pueden ser producidas por entes paridos por el terror.
Puedo estar relatando hechos como estos dos ejemplos durante años. Puedo escribir enciclopedias enteras de relatos de víctimas directas del Polisario. Torturas recibidas por sus propios compañeros, por aquellos que dicen que luchaban por la libertad, por aquellos que dicen que representan a no sé qué pueblo, por aquellos que venden humo, cuando a la vista de estos hechos puedo afirmar con absoluta rotundidad, y esta vez sin presunto que valga, que la banda del Frente Polisario, es una organización criminal internacional para asesinar, violar, secuestrar, imponer el terror a todos aquellos que no piensan como ellos, y ganar dinero a costa de la pobreza de los campos para enriquecerse ellos mismos y a su familia, por métodos mafiosos. Una banda, esta denominada Frente Polisario que supera al terrorismo, pues en realidad es una sucursal en la tierra del mal absoluto.