El error Brahim Ghali desenmascara al Frente Polisario
RPRESS Pedro I. Altamirano. Málaga, 1 de julio 2021.- Tanto la banda del Polisario, como la fantasmagórica República “Árabe” Saharaui “Democrática”, lo de “democrática” es un magnifico chiste, ya que jamás eligieron de forma democrática ni al gato, si en algo han demostrado ser efectivos, es en la capacidad de intoxicar y engañar a la sociedad española en su conjunto durante cerca de cinco décadas. Nunca tan pocos, lograron engañar a tantos. Claro que engañar a quienes quieren ser engañados, y además son felices por ello, es fácil.
¿Cuantos conocen la palabra “Sahara” y por tanto “saharaui”? Si la palabra “Sahara” significa “desierto”, Saharaui es ya fácil averiguar su significado, pero ¿ello significa que exista de verdad el pueblo saharaui como tal? ¿sabemos de verdad la historia del Sahara, la de sus tribus? ¿Podemos diferenciar entre tribus? ¿Cómo se diferencia entre un oriundo del territorio en disputa y otro de los países circundantes? Esto es determinante para poder hablar del problema actual del Sahara, y destapar la verdad que guardan las dunas. Hora es ya de escuchar su voz de la verdad transmitida por el viento, para que acalle tantas mentiras sostenidas por la ignorancia permitida y alimentada por los intereses de unos pocos aprovechados. Es por tanto todo muy fácil de entender. La RASD y la banda del Polisario no representan a ningún Estado ni a ningún pueblo, ya que no existen ningún país llamado Sahara, ningún Estado que lo represente, ni pueblo que lo alimente. Ningún país occidental reconoce oficialmente ese engendro, inclusive España.
La única realidad indiscutible es el Sahara, el desierto en su integridad y totalidad; las tribus que lo transitan desde que se tiene memoria del tiempo. Las tribus, sus costumbres, sus hombres, sus increíbles mujeres, y su historia de libertad, son la única verdad que se intenta tapar desde el colonialismo más cutre y antihumano. Por tanto para comenzar a desvelar la verdad, no podemos basarnos en territorios, ni organizaciones, ni pueblos, sino en las tribus y los Chiujs. Si somos capaces de entender el alcance de esta realidad, podremos entender dónde se oculta la verdad tapada y silenciada.
Lo mismo ocurre con el actual Marruecos, del que la mayoría de los europeos piensan que nace en 1957 con la independencia, olvidando siglos de historia, muchos de ellos compartidos con la península ibérica. Sin duda, otro claro ejemplo de la autoproclamada autoridad moral de la mentalidad colonial europea, que solo ve y respeta lo que ella crea y cree, que no es otro pensamiento que nada existía en África hasta que ellos, los europeos pusieran sus pies en el continente.
Llegaron en un momento de debilidad del sultanato de Marruecos, dividieron tierras a su antojo, desmembraron su unidad territorial. Cedieron tierras a la Argelia Francesa, crearon un territorio delimitando sus fronteras con una regla y un cartabón a la medida de España y lo llamaron, en eso llevaron razón “Sahara Occidental” porque en efecto es el occidente del desierto, y así, de ese modo alzar un mapa a la medida de las potencias colonizadoras, y en contra de los intereses de las tribus y dinastías que los habitaban y gobernaban. De aquellos polvos, estos lodos.
Dos historias que son una misma, la del sultanato de Marruecos y la de las tribus del desierto. Una historia de unidad, de mutua colaboración, respeto e históricos juramentos de lealtad mutua. Lealtad sellada en los juramentos de las tribus a los sultanes de Marruecos. Esta es la unidad histórica, la incuestionable verdad que justifica la actual posición del Reino de Marruecos apoyada, de forma clara y determinante por todos los Chiujs, (reconocidos por la ONU como verdadera autoridad en cuanto a representatividad de los miembros de tribus habilitadas a participar en un hipotético referéndum), de recuperación y reunificación, que supone reponer la soberanía marroquí, sobre los territorios de Sahara occidental usurpados por España en base a los tratados de Berlín de 1884 y la del protectorado en 1912.
Esos chiujs, representados en la jamaa o Asamblea general, elegidos democráticamente por los miembros de las tribus y reconocidos como la verdadera y legitima autoridad de los habitantes del territorio. Estos han participado en la defensa de la monarquía marroquí caída en 1912, y mas tardes participan a finales de los cincuenta en la creación del ejercito marroquí de liberación (ALM) en contra de la presencia colonial francesa y española.
La historia de los juramentos va paralela a la propia historia en común, tal como especifica Ouarzazi Abdel-Wahed, Profesor de economía-Análista geoeconómico y geopolítico cuando afirma que “La soberanía marroquí sobre Wad Eddahab o Río de Oro ha estado suspendida durante 91 años (1884-1975) y la de Sakia al Hamra (región de El Aiún) durante 71 años (1904-1975). Sin embargo, la Bayia o los lazos de lealtad seguían vigentes entre las tribus saharauis y el Reino de Marruecos. Muchos fueron los Chiujs o jefes de tribus saharauis que juraron fidelidad a los sucesivos sultanes del Reino a pesar de los intentos de España de aculturación”.
Como evidencia de ello recordar, que el 25 de febrero de 1958, sólo dos años después de la independencia (1956), con el Sahara Occidental todavía bajo administración española, el rey Mohamed V pronunció en M’Hamid El Guizlaine, en presencia de chijus legitimos, su discurso reivindicativo afirmando que “Proseguiremos nuestro trabajo con todo nuestro esfuerzo para recuperar el Sahara y todo aquello que pertenezca al Reino”.
Por esas fechas, el inicio de las incursiones de las Fuerzas Armadas Reales (FAR), junto con elementos del Ejército de Liberación Marroquí (ALM, en sus siglas en francés) en el Norte y Este del Sahara que dieron lugar a la operación conjunta franco-española “Ecouvillon” o “Teide” con el fin de parar la ofensiva marroquí. En el ALM se alistaron todas las tribus saharauis, hombres y mujeres. Ni una sola familia en el Sahara dejó de participar, ninguna que no haya pagado un fuerte tributo es este periodo de lucha contra el colonialismo español de las provincias del sur de Marruecos. Por desgracia, la recuperación del Sahara no pudo ser posible ante la fortaleza de la unidad de intereses de España y Francia durante la nombrada operación “Ecouvillon” (1957).
A raíz de este hecho, un grupo de Marroquíes de origen tribal del Sahara, crean en 1973, con el nombre de Frente de Liberación de Sakia al Hamra y de Oued Edahab, y su brazo armado al que llaman el ejército de liberación popular saharaui (ALPS), conocido como Polisario. Al principio la justa causa defendida por estos jóvenes marroquíes de origen sahariano, llegados del territorio defendido por España, y de Marruecos a Mauritania. Sus reivindicaciones iniciales era la expulsión del colonialismo español de la región. Era un grupo originario de varios países, unidos por la pertenencia tribal pero sin un proyecto cohesionado entre todos. Lo cual se verá mas adelante cuando interfieran otras fuerzas como Libia y Argelia en el proceso revolucionario inicial.
Argelia se apropia del Polisario en 1975 después de emprender una operación de caza de brujas a los cuadros originarios del territorio ex español, los llamados “hijos del joder macho” traducción literal en español. En 1976 organizan la muerte del principal líder del Polisario, El Uali Sayed, en una emboscada en el territorio mauritano. Uno de los jefes de la defensa de esa operación lo traiciona y huye. No es ni mas ni menos que el propio Gali, alias Mohamed Batouch.
Se crean las primeras bases de los campos de Tindouf en el verano de 1974, conformados por unas siete jaimas (tiendas) de beduinos argelinos saharauis, y se comienza hablar ya de los refugiados mucho antes de la Marcha verde. Es así pues, que los servicios de seguridad crean su plan para domesticar y dominar al nuevo Polisario otorgándole un presidente de origen argelino y una nueva dirección mayoritariamente saharaui argelina. Se crea también el servicio de seguridad con elementos originarios de Tindouf. Así nace el nuevo Polisario que se desvía de línea inicial, y se convierte en un instrumento en manos argelinas.
El propio gobernador general del Sahara, Don Federico Gómez de Salazar, declara a un medio español que “El Frente Polisario nos impidió defender al pueblo saharaui“, sus constantes acciones y negativas en negociar con las autoridades españolas, obligaron a éstas ultimas a firmar los acuerdos tripartitos, dando lugar a la salida de España definitivamente del conflicto.
Con la descolonización del Sahara por parte de España, hay que recordar que un general del ejército español bajó la bandera de España y otro marroquí subió la bandera de Marruecos, los que habían creado el Polisario no idearon otra cosa mejor que llevar a una parte de la población del Sahara a unos campamentos montados en territorio argelinos, que denominaron campamentos de refugiados, e incluso los nombraron con los nombres de Laâyoune, Smara, Aouserd o Dakhla.
Los responsables del Polisario engañaron y manipularon a la población llevada a Tinduf en Argelia. Es conocido que en noviembre y diciembre de 1975, el Polisario solicitó a mucha gente que asistieran a un mitin en Gueltat Zemmour. Cuando lograron reunir allí a la gente, se les pidió asistir a otro mitin en Bir Lahlou. Más tarde se les pidió ir a Tinduf para tenderles una trampa y no dejarles salir nunca más. La mayoría de los que quedaron allí atrapados, por falta de medios de transporte, quedaron allí atrapadas. Pero muchos de ellos, conscientes de la trampa que le habían tendido, utilizaron todos los medios a su alcance para volver a sus casas en el Sahara de donde habían sido obligados a salir. Esos campamentos se han conformado de ciudadanos mauritanos, argelinos, malienses, marroquíes y pocos del territorio disputados. Esos ciudadanos aunque unidos por las bases tribales han sido “saharauizados” por el Polisario.
La importancia de la permanencia de los campamentos al sur de Argelia son la única justificación de la existencia del Polisario. Es el fondo de comercio mas fructífero. Sin los campamentos no existiría ningún movimiento político-militar llamado Polisario, obligado desde el primer momento a intentar mantener los campamentos a cualquier precio, y causando sufrimientos a la población secuestrada en los campamentos, hoy llamados, campamentos del terror. Aquí comienza la verdadera historia del terror que convierte al Polisario en una banda terrorista de la peor calaña, totalitaria, y que vulnera los mínimos derechos humanos. Una historia de pesadillas y terror convertida en una historia de verdadero genocidio.
Más de 45 años de sufrimientos, pobreza absoluta, totalitarismo, viviendo de una ayuda humanitaria siempre desviada a los bolsillos de los dirigentes del Polisario y sus familias que viven como verdaderos dioses, en los campamentos siguen en la más absoluta pobreza, mientras las mujeres son violadas, los hombre torturados de forma cruel, los niños utilizados para el entrenamiento en tácticas terroristas, de propaganda política en España, en otros países, y todo lo que la maldad de lo peor de ser humano puede imaginase con tal de mantener gente en los campamentos que justifican la permanencia del Polisario. Una historia de genocidio que comienza a ver la luz, y sin duda su final.
Una verdad que se ha comenzado a desvelar a raíz de grave error cometido por el gobierno español de Pedro Sánchez, al traer a España de forma irregular al presunto genocida y supuesto líder de la banda del Polisario por “razones humanitarias” a espaldas todos y con documentación falsa. Un error que, gracias a la rápida acción de las asociaciones de victimas del terror del Polisario en poner en conocimiento de la opinión pública del verdadero rostro de Brahim Ghali, y del Polisario.
Brahim Ghali ha conseguido salir de España tras su puesta en libertad por la justicia española por motivos judiciales que acato, tal y como me obliga la Ley y la Constitución española del 78, pero que del mismo modo me da el derecho a disentir de las resoluciones judiciales, y por tanto disiento del auto de libertad sin medidas cautelares ninguna hacia Brahim Ghali, pero lo que nadie puede negar, es que, la presencia del presunto genocida Ghali en España, ha servido para destapar la cara de este presunto asesino, torturador, violador de mujeres y de todos los derechos básicos mínimos humanos.
La verdad sobre el terror impuesto por la banda del Polisario, bajo las órdenes de su supuesto líder Ghali, se ha comenzado a desvelar ante el mundo. Un error tras el que hay ya, un antes y un después con respecto a la banda del Polisario, un error que ha quitado la máscara al Frente Polisario tras la que ocultaba un terror solo comparable a los campamentos de extinción de la Alemania Nazi.
Pedro I. Altamirano @altamiranoMLG