Marruecos dice que instrumentalizar al Parlamento Europeo es contraproducente
RPRESS Rabat, 11 junio 2021 (EFE).- El Gobierno marroquí criticó hoy que «la instrumentalización» del Parlamento Europeo en la crisis diplomática con España es «contraproducente» después de la aprobación ayer de una resolución que rechazó el uso de los menores por parte de las autoridades marroquíes en la crisis migratoria de Ceuta.
El ministerio de Exteriores marroquí denunció que la resolución «entra en una lógica de escalada política con poca visión del futuro», y añadió que «no contribuye a la solución».
«Esta maniobra, que tiene como fin eludir el debate sobre las razones profundas de la crisis, no engaña a nadie», deploró la nota que volvió a aseverar que se trata de tentativas de España de «europeizar» la crisis que para Marruecos no dejan de ser «tentativas inútiles y no alteran el carácter puramente bilateral (entre España y Marruecos)» de la crisis.
En la nota, el Gobierno marroquí lamentó que la resolución de ayer no vaya en consonancia con la cooperación «ejemplar» marroquí en materia migratoria, y recordó que el país abortó desde 2017 más de 14.000 intentos de migración irregular, desmanteló 5.000 redes de tráfico de personas y rescató a más de 80.500 emigrantes a la deriva en el mar, además de evitar numerosos intentos de asalto a las vallas de Ceuta y Melilla.
«Marruecos, por lo demás, no necesita ningún aval en su gestión de la migración. La postura de profesor y alumno ya no funciona», denunció la nota que criticó la actitud «paternalista» europea, y subrayó que la resolución de la Eurocámara es «contraria al espíritu de asociación» y «debilita el espíritu de asociación».
Además, Marruecos recuerda que el problema «sigue siendo con España, mientras no se resuelvan las razones que lo provocaron», en referencia a la reclamación de Rabat de que España cambie su postura sobre el Sáhara Occidental.
El Parlamento Europeo rechazó ayer jueves en una resolución (con 397 votos a favor, 85 en contra y 196 abstenciones) la actitud de Marruecos por permitir la llegada a la ciudad norteafricana española de Ceuta el pasado mayo de cerca de 10.000 emigrantes, incluidos menores y niños, para «presionar políticamente» a España, pero a la vez confió en que esa crisis no deteriore las relaciones entre Bruselas y Rabat.