Una veleta de nombre Sonia Moreno.

RPRESS Málaga, 9 de mayo 2021.- Todos sabemos lo que es una veleta. Un invento que se pierde en los anales de la historia que nos indica la dirección del viento, pero también existen las contra veletas, aquellas que va allá donde les indica el viento, no el del viento de la libertad y la verdad, sino la que indica el viento de sus propios intereses. El problema es que, este tipo de contra veletas, al final terminan volando sin dirección, hasta estrellarse contra la primera montaña de verdades que se encuentre en su camino.

Cuando ese tipo de contra veleta, además pertenece al mundo de la desinformación y la difamación, entonces es cuando se da un salto cualitativo y cuantitativo que roza la descomposición moral humana. La contra veleta, como método de tapar su ineficacia y torpeza, pone en marcha el ventilador de repartir excrementos para ocultar los propios, sin rubor o vergüenza alguna.

La contra veleta aparece cuando donde, enchufada a la corriente del salario fácil, dormitaba como ácaro persistente le falla. En ese momento en la que es descubierta y desenchufada de la red, la veleta, que caminaba al socaire de los buenos vientos de la verdad, vira y se vuelve en contra de los que la han desenmascarado y desenchufado. No se puede ser veleta, ni contra veleta en la información, para informar hay que se coherente, libre y amante de la verdad.

A la desinformadora veleta/contra veleta llamada Sonia gustaba de presumir de su afectos y encantos marroquíes. Desconocedora del País en que habitaba, pensaba que el pueblo marroquí era tonto, pero se equivocó, confundió amabilidad y hospitalidad con la estupidez. Fue descubierta en sus juegos y contra juegos, hasta que salió de Tánger, por decisión propia donde vivía como una princesa.

Desde entonces no ha parado de poner el ventilador de las mentiras y las difamaciones contra Marruecos, país que la acogió y respetó hasta su salida voluntaria. Desde el 7 de octubre del 2020, que se le retiraba el estatus de corresponsal acreditada, ya no representa en Marruecos a ningún medio, donde además ya no es bien recibida, por mucho que Sonia haya estado llamando a todas las puertas para conseguir volver a Tánger. No lo conseguirá, pues Marruecos es un Estado soberano, y libre de acoger o no a quién decida, como cualquier otro Estado soberano.

El odio de Sonia, vas allá del odio que procesa a Marruecos y el pueblo marroquí. Odia a todos lo que apoyamos las causas justas de Marruecos, su historia, sociedad y avances. Odia a todo y todos lo que difundimos la verdad de la realidad de Marruecos, de la que tanto difama y miente. Entre ellos el que les escribe con el corazón en la mano, que sólo cuento con absoluta libertad y verdad, esa libertad y verdad por la que me difama Sonia, y me amenaza de muerte la banda terrorista del Frente Polisario, porque ambos, son enemigos de la verdad, la libertad y la democracia.

Pero Sonia, ¿sabes que es lo peor?, que sigue engañado a tus lectores cuando dice que informa desde tanger o Rabat, cuando no pisa suelo marroquí. Ello supone una grave violación de todos los códigos éticos del periodismo, por lo que espero los compañeros periodistas denuncien este modo de dañar la profesión.

Esto es para usted Señora Sonia Moreno. Soy malagueño. Los días claros se puede ver desde los montes de Málaga el perfil de las montañas del querido Rif, lo que demuestra la cercanía geográfica. De esa tierra marroquí, llegaron los Ghomeras a defender la Málaga musulmana de la invasión cristiana de los Reyes Católicos, que no dudaron en arrasar Málaga. Las tropas cristianas cometieron en Málaga un verdadero genocidio, asesinando a todos los hombres, y vendiendo a mujeres y niños como esclavos. Los Ghomeras, marroquíes hoy, murieron todos en la defensa de la Alcazaba malagueña codo con codo con los malagueños, por ello les tenemos cariño, respeto y eterna gratitud.

Esto puede hacerte comprender la fascinación que sentía como niño malagueño, por la otra orilla con la que compartía tanta historia; tanta que, a las primeras de cambio, en cuanto cumplí la edad mínima para poder viajar, ahorre y embarque el histórico barco Ibn Battuta que hacía la línea Málaga-Tánger, hoy inexplicablemente inexistente, y pise por primera vez tierra marroquí.

Jamás Sonia, jamás, me sentí extranjero en Marruecos. Jamás Sonia, Jamás sentí el mínimo temor en Marruecos, solo recibí hospitalidad y cariño. Con esto quiero que entiendas que, conozco la historia reciente de Marruecos como la mía propia. Soy testigo de sus problemas, de la emigración, del atraso en su desarrollo social y democrático. Nunca tuve el menor problema en hablar de esto de forma pública, porque siempre fue de forma clara, sincera y constructiva. Pero del mismo modo, he sido testigo de los avances sociales, políticos, económicos, democráticos y un largo etc de áreas tan delicadas como las reformas en Justicia y Derechos humanos, sobre todo desde la llegada al trono de SM Mohammed VI el reformista.

Se que esto que lees no te gusta, porque va en contra de tus mentiras y difamaciones sobre mi querido y hermano pueblo marroquí. Un País que hoy crece a pasos agigantados en todos los aspectos, un país que he visto crecer y desarrollarse. Es de admirar, lo admiro, porque para mí ha sido siempre mi segunda patria.

Te explico esto para que tengas claro de dónde nace mi admiración y respeto por Marruecos. Me nace desde el corazón, desde lo más profundo de mi alma. No de ningún otro sitio. Dicho esto, te puedo asegurar que jamás recibí un euro de ninguna administración marroquí por, o para decir lo que digo y defiendo, jamás, ni un céntimo Sonia. A mí solo me mueve la verdad de lo que veo, y mi lema favorito “Ex abundantia cordis os loquitur” o lo que es lo mismo “De la abundancia del corazón habla la boca”. Ni más ni menos.

Sonia Moreno es la única presunta “periodista/corresponsal” de un medio serio con una línea de centro izquierda como es la cadena SER, pero que, al mismo tiempo, se disfraza de extrema derecha, poniéndose la camiseta de un diario tan conservador como es “el español”.

No sé cuál serán tus motivos de odio y xenofobia hacia todo lo marroquí. No sé que intereses tendrás, habrás tenido, o te gustaría tener, no lo sé. Pero te equivocas con Marruecos, y con el pueblo de Marruecos que son un mismo cuerpo. A Marruecos le quedan reforma por hacer y están en ello. Para ejemplo la ingente labor que lleva a cabo el Consejo Nacional de los Derechos del Hombre con propuestas como 100 recomendaciones para proteger los derechos de los reclusos en las prisiones; lucha contra la violencia hacia la mujer; protección de los derechos de las personas con discapacidad, o las Leyes relativas al Tribunal Constitucional entre otras muchas reformas. Pero Sonia, esto a ti ni lo ves, ni te interesa verlo, y lo más importante, te molesta que otros, si cuenten estas verdades, porque estas verdades, dejan al descubierto tus mentiras.

Me gustaría destacar, del mismo modo, una extraña y más que curiosa situación en el mundo de los medios de comunicación. Sonia Moreno es la única presunta “periodista/corresponsal” de un medio serio con una línea de centro izquierda como es la cadena SER, pero que, al mismo tiempo, se disfraza de extrema derecha, poniéndose la camiseta de un diario tan conservador como es “el español”.

¿A qué se debe esta presunta prostitución periodística de la señora Moreno? ¿Cómo pueden estos dos medios, que tienen opiniones tan antagónicas en la mayoría de los asuntos de política interior o exterior, compartir la línea y la redacción de la misma persona?. No creo que estos dos medios citados compartan el odio que siente la señora Moreno por Marruecos, lo que sí es seguro es que la deontología periodística brilla por su ausencia en este asunto.

Pero Sonia, ¿sabes que es lo peor?, que sigue engañado a tus lectores cuando dice que informa desde tanger o Rabat, cuando no pisa suelo marroquí. Ello supone una grave violación de todos los códigos éticos del periodismo, por lo que espero los compañeros periodistas denuncien este modo de dañar la profesión.

Es una lástima Sonia. Marruecos sigue su camino hacia el futuro sin ti, por más que hayas suplicado volver y no te dejen. Este tren lo has perdido para siempre. Sé, estoy seguro, que lo que, en realidad te pasa es que sabes que esto que te digo es verdad. Te gustaría formar parte del futuro de Marruecos, pero no vas a formar parte y eso te hace sacar todo ese odio que expresas contra todo. Lo único que te pido es que dejes de mentir y difamar, que dejes de arremeter contra todo, porque vivir con esa carga tan negra en el corazón es triste y pesado.

Pedro I. Altamirano @altamiranoMLG

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